Seminario virtual sobre el Proceso de Escucha de la Asamblea Eclesial en la Amazonía
“La escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra oportuna, que nos desinstala de la condición de espectadores, ayudando a desarrollar lo mejor que Dios ha desarrollado en la propia vida”
“Con el Sínodo, la Iglesia dejó claro de qué lado está, de los más débiles, de los más lejanos, de los que estamos en el territorio”
“Estamos ante un proceso que ha fortalecido a las comunidades, que ha dado espacio para que las comunidades puedan ser escuchadas”
“La escucha debe ser mutua, recíproca y transformadora”
Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica
Conducido por la secretaria general de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), la hna. Daniela Cannavina, ha contado con la presencia de Patricia Gualinga, el cardenal Pedro Barreto, Francisco Lima, Mauricio López y Francisco Campos. Ha querido ser un momento para “ejercitarnos en el arte de escuchar, que es mucho más que oír”, según la secretaria de la CLAR. Según la religiosa, “la escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra oportuna, que nos desinstala de la condición de espectadores, ayudando a desarrollar lo mejor que Dios ha desarrollado en la propia vida”.
El cardenal Pedro Barreto partía de la idea de que “cuando se habla de una Iglesia con rostro amazónico, se habla de elementos fundamentales de la Iglesia, pues se habla del cuidado de la vida, de las culturas y de la casa común”. El purpurado peruano se refería a los sueños del Papa Francisco en Querida Amazonía y a la sinodalidad, que “no es un invento del Papa Francisco y sí una vuelta a los orígenes”. El presidente de la REPAM recordaba las palabras del Papa Francisco en las que dice que “la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia para el tercer milenio”, algo que se desarrolla en la Episcopalis Communio.
El arzobispo de Huancayo, insistía en la necesidad de esparcir la idea de sinodalidad, de descubrir la importancia del “sensus fidei”. Según el cardenal, “la sinodalidad es parte de la experiencia de un Pueblo de Dios que camina en la historia”, que ha definido como “proceso de escucha a Dios, de discernir y de actuar como Pueblo de Dios en camino”. En sus palabras, ha mostrado su alegría de que sea la Amazonía y sus pueblos la que ayude a la Iglesia a ponerse en camino.
Después de mostrar la importancia de tener conciencia de que estamos en proceso de escucha, ha destacado que “con la Asamblea Eclesial estamos ante un elemento fundamental para el proceso de reforma de la Iglesia católica”, una Iglesia que escucha y que es paso previo para el momento más importante, que será el Sínodo sobre la Sinodalidad. Finalmente insistía en que “todos tenemos que ser actores en la Iglesia, no hay espectadores”.
“Con el Sínodo, la Iglesia dejó claro de qué lado está, de los más débiles, de los más lejanos, de los que estamos en el territorio”, afirmaba Patricia Gualinga, que insistía en que “eso ha sido fruto de escuchar los sentimientos de las comunidades”. La líder indígena insistía en la necesidad de hacer incidencia en otros espacios eclesiales, de escucharnos, también fuera de la Amazonía. Para Patricia, “todo tiene que ir en clave de interculturalidad, que lleve a entender las expresiones positivas, que puede ser un aporte en un mundo caótico”, algo que tiene que ser realidad en unidad.
La representante de los pueblos indígenas en la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), destacaba que este espacio de escucha nos da muchísima esperanza, “es una relación de aliados, dejando atrás las imposiciones del pasado, de construir un presente que pueda aportar dentro del mundo espiritual”. Para la indígena del Kichwa de Sarayaku, “Dios siempre estaba presente en el pensamiento espiritual de los pueblos indígenas, que tiene que ser acoplado por la Iglesia desde claves interculturales”. Ella mostraba su confianza en el Espíritu para que se puedan ir amazonizando otros espacios, donde el caminar como hermanos y hermanas sea algo presente en la vida de la Iglesia.
Al hablar del contexto de la región amazónica en Brasil, Francisco Lima insistió en que "la vida de la región amazónica está constantemente amenazada", una realidad que se ha intensificado con el actual gobierno, que actúa "sin ningún respeto por los pueblos amazónicos, que ven reducidos o retirados los derechos que tanto les ha costado conseguir".
En la Amazonía, "la Iglesia católica siempre ha tratado de estar atenta a esta realidad", según el secretario ejecutivo de la CNBB Norte 1. Destacó que "la Iglesia en la Amazonía ha buscado su propio rostro, enfatizando la formación del clero local, pero también ha tratado de trabajar en la formación de miles de líderes laicos dispersos en tantas comunidades de esta inmensa Amazonía", informando sobre el trabajo realizado.
Francisco Lima destacó el estímulo dado por el Papa Francisco en este camino desde la Conferencia de Aparecida, insistiendo en la necesidad de la presencia de la Iglesia en la región. Recordó los caminos indicados por Laudato Sí, y calificó el Sínodo para la Amazonía, como una llamada a buscar "nuevos caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral", que "nos abrió a nuevas posibilidades, reafirmó algunos caminos ya emprendidos, pero que necesitan ser reforzados, y nos exigió mucha más audacia".
“Estamos ante un proceso que ha fortalecido a las comunidades, que ha dado espacio para que las comunidades puedan ser escuchadas”, según Francisco Lima, que también destacó que esto hace posible que la voz de los pueblos de la Amazonía tenga eco fuera de ella. Por eso llamó a aprovechar este momento para afirmar que "todos somos Pueblo de Dios, y debemos estar en comunión".
“La escucha debe ser mutua, recíproca y transformadora”, insistía Mauricio López, una escucha que “se va convirtiendo en reformas y cambios, como ha pasado en la Amazonía a partir del Sínodo”. El director del Centro Pastoral de Acción Social y Redes del Celam, “la escucha, en el sentido de discernimiento de la voluntad de Dios, produce cambios, que esperamos sean irreversibles en la lógica del Pueblo de Dios”. Mauricio ve la escucha como modo de llegar a las periferias geográficas y existenciales, al mayor número de personas posibles. Desde ahí pedía a la REPAM para que sigan siendo ese puente con quien nunca ha sido escuchado, todavía más ante una situación que ha cambiado como consecuencia de la pandemia del Covid-19.
Según Mauricio López, que conoce la realidad amazónica a partir del trabajo realizado como secretario ejecutivo de la REPAM, “los pueblos indígenas siempre han pedido coherencia y cambios de fondo, poder actuar, algo que es la Asamblea Eclesial, que quiere convertirse en una puerta abierta para aspirar a una Iglesia más sinodal, algo nacido en el Concilio Vaticano II, donde se nos pide ser Iglesia Pueblo de Dios”. Mauricio recordaba ideas presentes en el Sínodo para la Amazonía, que mostró la importancia de que la periferia ilumine al centro, para ayudar a abrir nuevos caminos desde su ser periferia.
Es importante que desde la REPAM se haga una invitación a “abrazar la Asamblea Eclesial como algo propio, como lugar para generar espacios de escucha genuina que transformen”, según Mauricio López. También destacaba la conexión con el Sínodo sobre la Sinodalidad, “que ha pedido que la periferia ilumine al centro, en clave de desborde, que es el modo como Dios resuelve el conflicto”. Por ello es necesario “tener conciencia de que luchamos por lo mismo”, recordando las palabras de Santiago Yahuarcani, lo que nos llama a entender la necesaria colaboración.
No podemos olvidar que vivimos un tiempo desafiante como Iglesia, por una pandemia que ha modificado nuestra forma de relacionarnos, como recordaba Francisco Campos. El responsable de la plataforma de Escucha de la Asamblea Eclesial la define como una experiencia profética, una novedad. Explicaba cómo funciona la plataforma de escucha, que da la posibilidad de participar de tres modos: comunitario, foros temáticos y personal, tratándose de una escucha sin filtros.
Campos invitaba a ser solidarios, a invitar a los otros a participar y ayudarlos a ello, recordando que se trata de promover formas de participación para que la Iglesia se haga presente, siendo portadores de la Buena Nueva, poniendo los medios tecnológicos al servicio de otros. En su intervención ha ido explicando los diferentes elementos presentes en la plataforma, destacando que esa plataforma de escucha va a seguir siendo un lugar de compartir más allá del 30 de agosto, de construir nuevos caminos para la Iglesia del continente.
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