Escribe: Candy Vilela, antropóloga del CEDIA
Hace tres años, el 8 de noviembre de 2015, celebramos el establecimiento del Parque Nacional Sierra del Divisor, durante una emotiva ceremonia en la Comunidad Nativa Shipiba Nuevo Saposoa en Ucayali. Esa fue la primera vez que un presidente y sus ministros llegaban a esta comunidad; era una forma increíble de reconocer su pedido y legitimar la existencia de Nuevo Saposoa, a pesar que en esos momentos todavía no se había atendido su solicitud de ampliación, postergada varios años.
A la luz de los años, se debe reconocer la importancia de ese momento para quienes participamos de cerca en la campaña para proteger más de 1.3 millones de hectáreas de bosque. En primera fila estaba Martha Cairuna, quien dos meses antes había demandado al Estado peruano por incumplir el acuerdo de consulta previa para categorizar la Zona Reservada Sierra del Divisor como Parque Nacional.
Al pedido de Martha, de la Comunidad Nativa Matsés y la Asociación de Pueblos 5 Unidos[1], nos sumamos diferentes instituciones bajo la “Alianza por Sierra del Divisor” (Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica-ACCA, Amazónicos por la Amazonía – AMPA, Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana – AIDESEP, Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico – CEDIA, CIMA – Cordillera Azul, Derecho Ambiental – DAR, Instituto del Bien Común – IBC, PRONATURALEZA, Sociedad Peruana de Derecho Ambiental – SPDA, The Field Museum de Chicago , The Nature Conservancy – TNC, World Wildlife Fund – WWF Perú), para apoyar la labor del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado – SERNANP.
Nuestro principal aporte fue ayudar a que las voces de los pueblos indígenas se escuchen en los espacios de toma de decisión. La estrategia que desarrollamos requirió del apoyo y experiencia de todas las instituciones; desde movilizar a la prensa para que cubra la noticia en el campo, como ayudar a los voceros de las comunidades que llegaron a Lima, a que dialoguen con las autoridades y den entrevistas en los medios.
El éxito de la campaña, a mi modo de ver, fue que traía el pedido genuino de las personas directamente implicadas: las comunidades nativas y la asociación de comunidades campesinas colindantes al Parque Nacional Sierra del Divisor. Dicho de otra forma, no se trataba de una iniciativa salida directamente del interés por proteger la biodiversidad (válida también), sino de hacerlo porque es importante para la población que se sirve de ella de manera directa. Una forma de hacer conservación que parte de las necesidades de quienes se benefician de ella y que ha sido la manera en que CEDIA se ha acercado a la protección de las Áreas Naturales Protegidas (ANPs).
Las ANP que hemos contribuido a establecer son parte de un proceso de ordenamiento territorial que inicia o se complementa con el saneamiento de los territorios comunales y que, al mirar el territorio como un todo, busca diferentes categorías de protección que permiten a los pueblos indígenas, mantener la base de su subsistencia, es decir, los recursos naturales que les brinda el territorio.
Ese ha sido el caso del Parque Nacional Sierra del Divisor y las áreas que lo rodean. Durante los últimos cuatro años se ha logrado la titulación de 15 comunidades, entre nativas y campesinas, que colindan directamente con el ANP. Además, el área que se mantuvo como zona reservada, se encuentra en los últimos pasos del proceso para establecerse como Área de Conservación Regional (ACR), nuevamente a pedido de la población que se encuentra asentada allí.
Desde CEDIA, hemos apoyado a los Gobiernos Regionales de Loreto y Ucayali para lograr la titulación de esas comunidades y continuamos apoyando a la gestión del Parque Nacional Sierra del Divisor. Es así que, en el 2016, ayudamos a la jefatura de la ANP a realizar el proceso participativo para elaborar su Plan Maestro, comprometidos también en la gestión, asumiendo la presidencia del Comité de Gestión.
Actualmente, estamos colaborando con la jefatura del área en la construcción del Plan de Contingencia Antropológico, un instrumento de gestión que permitirá a los guardaparques y demás especialistas del SERNANP, conocer las medidas y acciones a tomar en casos de contingencia relacionados a los Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial – PIACI. Esto porque el Parque Nacional Sierra del Divisor se encuentra superpuesto a la Reserva Indígena Isconahua y a las propuestas de Reserva Indígena: Sierra del Divisor Occidental y Yavarí – Tapiche.
Se estima que dentro del área y alrededor de la misma (incluyendo las zonas adyacentes que se encuentran en Brasil), existe una población de alrededor de 600 indígenas en aislamiento[2], pertenecientes a la familia lingüística Pano. Hablamos específicamente de personas de los pueblos indígenas Matsés, Remo (Isconahua) y Marubo, en situación de aislamiento y otros, cuya pertenencia étnica no ha sido posible identificar, que corresponden al ámbito de la solicitud para la creación de la Reserva Indígena Yavarí Tapiche[3]. Además del pueblo Isconahua dentro de la Reserva Indígena Isconahua y los pueblos indígenas Mayoruna (Matsés o Matis), Remo o Isconahua y Kapanawa, dentro de la propuesta de Reserva Indígena Sierra del Divisor Occidental.[4]
Nuevamente, contribuir a la protección del Parque Nacional Sierra del Divisor nos trae la cara más humana de la conservación: la de conservar para preservar la biodiversidad, para garantizar la subsistencia y mejorar las condiciones de vida de las personas. Ya sea que estemos hablando de los PIACI, que se encuentran al interior del área, de los pueblos indígenas que hacen uso tradicional de los recursos del bosque o de las personas que habitan en las ciudades cercanas que se sirven de los servicios ecosistémicos del área.
Finalmente, el establecimiento de áreas naturales protegidas por el Estado obedece no solo a la conservación de la biodiversidad, sino al aprovechamiento y mantenimiento de esos recursos de manera sostenible. Mejor aún si ese reconocimiento es consciente y promueve procesos de planificación territorial que respetan la relación de los pueblos indígenas con los bosques como es el caso del Parque Nacional Sierra del Divisor y la población que la rodea.
[1] Asociación de 5 comunidades campesinas y 1 comunidad nativa, cuyos territorios se encontraban superpuestos a la Zona Reservada Sierra del Divisor.
[2] Versión preliminar del Plan de Contingencia Antropológico del Parque Nacional Sierra del Divisor.
[3] Decreto Supremo Nº 002-2018-MC.
[4] La comisión Multisectorial liderada por el Ministerio de Cultura, aprobó los estudios previos de reconocimiento de la propuesta de Reserva Indígena Sierra del Divisor Occidental el pasado 24 de julio de 2018.
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