11:00 a m| 15 nov 17 (BLOG).- Un atlas para el estudio histórico-geográfico y temático de la Biblia es reseñado por el teólogo Xavier Pikaza, experto en la Sagrada Escritura y en religiones. La obra denominada “Atlas de la Biblia” de Zwickel, Egger-Wenzel y Ernst es, según el teólogo español, el manual enciclopédico de referencia más importante publicado hasta el momento en castellano, con 400 páginas y 200 mapas, en un formato de buen tamaño y con una fiel y minuciosa traducción de su versión original en alemán. Pikaza además agrega a la reseña un par de diccionarios como recursos complementarios, que recogen los nombres propios de personas y lugares de la Biblia.
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Una obra que era necesaria
El “Atlas de la Biblia” (W. Zwickel, R. Egger-Wenzel y M. Ernst, Mensajero, Bilbao 2017, 400 págs. 24 x 32 ctms. Edición original de Herders, Freiburg i.B. 2013) es un manual enciclopédico de referencia y ayuda, que expone la evolución cronológica y el escenario espacial de la Biblia, con 200 mapas, 400 fotografías y 40 planos de las lugares y asentamientos urbanos más significativos de la “tierra santa”.
Es un texto de “mirada rápida”, pues fotos, mapas y planos ofrecen de inmediato una visión de conjunto de la historia y geografía de la Biblia. Pero es, al mismo tiempo, una obra de estudio sosegado, pues sus trabajos, escritos por especialistas de gran talla, exponen y comentan de un modo orgánico, el conjunto del tiempo y espacio de la Biblia, desde la prehistoria, pasando por las varias etapas de su itinerario, por el tiempo del bronce y el hierro, hasta el despliegue de los diversos estados del entorno (especialmente el de Israel y Judá), para desembocar en el surgimiento y primer despliegue del cristianismo.
Una obra con la que yo había soñado, en mis tiempos de estudiante, cuando compré y aprendí con avidez el libro de J. Aharoni y M. Avi-Yonah, Macmillan Bible Atlas (London 1868), que me permitió preparar los exámenes de Geografía e Historia en el Bíblico de Roma. Poco después compré para mis clases el trabajo ya entonces clásico G. E. Wright y F. V. Filson, Atlas Histórico Westminster de la Biblia (Casa Bautista 1971). Esas dos obras me han acompañado desde entonces, y por ellas he imaginado y enseñado la historia y geografía de la Biblia por decenios. Ciertamente, he conocido después otras obras, también valiosas, como las de E. G. F. Serafini, Atlas histórico de la Biblia (San Pablo, Madrid 2004) y B. J. Beitzel Atlas de la Biblia (Ilus Books 2014). Pero ninguna había mejorado a mi juicio las dos antes citadas.
Ésta, en cambio, lo ha hecho, para mi sorpresa y gozo, ahora que no enseño, aunque sigo con inmenso interés lo que se publica sobre el tema, en un tiempo en que la información on line tiende a sustituir al libro escrito, aunque, en un caso como éste, no puede hacerlo, pues el texto impreso resulta insustituible para obtener una visión directa y de conjunto de los temas.
Pienso que desde ahora no podrá haber ningún grupo de estudio bíblico, ninguna biblioteca de parroquia o colegio cristiano que no tenga y ofrezca este Atlas al lado de una buena edición de la Biblia, para situar a los creyentes y estudiosos en el espacio y tiempo de los hechos, siguiendo de un modo visual los procesos y lugares de la Palabra de Dios.
Es una obra dirigida, como indica el título, por tres especialistas: R. E. Wenzel, profesora de exégesis del Antiguo Testamento en la universidad de Salzburgo, M. Ernst, docente de Nuevo Testamento en la Theologische Hochschule de Salzburgo, y W. Zeickel, profesor de arqueología bíblica e historia de Israel en la universidad de Maguncia.
Ella cuenta, además, con la colaboración de un grupo de especialistas que proceden básicamente del mundo cultural germano. Todos ellos han estudiado con precisión los diversos momentos de la historia de Israel y de su tierra, desde el principio de los tiempos conocidos, hasta la expansión del cristianismo, ofreciendo mapas, esquemas y fotos, que permiten recrear el camino de la Biblia en el contexto de su tierra, desde una perspectiva crítica, social y religiosa.
La edición castellana, que recoge con gran fidelidad el modelo y paginación de la alemana, ha sido traducida, preparada y corregida, de un modo fiel y minucioso, por R. Alfonso Diez y un grupo de especialistas (M. Agúndez, D. A. Cineira, B. Arias, I. Arias y J. M. D. Rodelas), con la colaboración inestimable de Mons. J. M Uriarte, que fue obispo de San Sebastián, y la de J. J. Hernández, profesor de cultura norteamericana en la Universidad de Salamanca.
Resulta especialmente significativa y útil la extensa sección de apéndices metodológicos, con la bibliografía y los índices. En la Bibliografía (págs. 344-345) se ha optado por reproducir simplemente la original, añadiendo en algunos casos la referencia a la traducción castellana. Es una buena opción, aunque quizá sea reductiva, pues el lector de lengua castellana cuenta en la actualidad con otras obras que son igualmente valiosas para el estudio de la geografía e historia de la Biblia. Es impresionante el índice de topónimos y de citas bíblicas (págs. 350-399) con lo que ello implica de ayuda para los lectores.
Ésta es, por lo dicho, y por muchos otros detalles que no puedo concretar aquí, una obra esencial, perfectamente editada y casi imprescindible para el estudio y conocimiento de la Biblia en su contexto histórico-geográfico y literario, una obra plenamene actual, elaborada a partir de la mejor exégesis histórica del momento, con la aportación de los nuevos métodos arqueológicos. Ella nos permite situar y valorar las narraciones y leyendas, los hechos y escenarios de la Biblia, desde un fondo histórico-geográfico, de una forma que resultaba impensable en nuestros tiempos de estudiante.
Más que un mero Atlas es una enciclopledia, por su estudio de los temas arqueológicos y culturales, religiosos y literarios, un tratado inter-disciplinar de religión y cultura, de historia y geografía no sólo de Palestina y su entorno (la “tierra santa”), sino también de Egipto y Mesopotamia, del mundo arameo y árabe, de Asia Menor y Persia, de Grecia y Roma, una visión de conjunto de la historia, cultura y religión de los diversos países del cercano Oriente (de eso que el Atlas llama, con nombre en castellano menos exacto de “Levante”).
Es una enciclopedia y un estudio crítico del origen del pueblo de Israel, teniendo en cuenta los datos arqueológicos con la aportación de los documentos contemporáneos, pero también la comprensión canónica de la misma Biblia, aunque apelando siempre que resulta necesario a los textos y documentos para-bíblicos (y/o apócrifos).
Resulta novedosa en este Atlas la visión del surgimiento múltiple del origen de Israel en Palestina, el paso del Dios “El” (incluido en el mismo nombre de Isra-El) a “Yahvé”, en un tiempo relativamente tardío, con la aportación básica de David, quien aparece como impulsor fundamental del Yahvismo. También es importante el estudio de la aportación teológico-religiosa del Reino del Norte (Israel), con la pervivencia de las tradiciones samaritanas, en un contexto continuo de mezcla y mestizaje de culturas, que permite entender mejor la singularidad israelita (en el tiempo de la formación de la Biblia canónica) y también la identidad cristiana, en un momento de recreación de las tradiciones israelitas.
En ese fondo conviene resaltar la aportación de las diversas perspectivas, que hacen de este Atlas una Enciclopedia y Diccionario, siendo al mismo tiempo una Arqueología, una Geografía y una Historia de la Biblia, con elementos de Crítica Literaria y Religiosa. De esa forma, las diversas perspectivas, bien ensambladas nos permiten entrar en el despliegue de la misma Biblia, en su tiempo y lugar, como si fuéramos (y somos de algún modo) sus protagonistas, pues su historia sigue siendo la nuestra.
Dos diccionarios, una visión complementaria de la Biblia
El “Atlas de la Biblia” se puede complementar con el “Diccionario de la Biblia” (Mensajero/Sal Terrae 2012), dirigido por dos de los autores del Atlas (Egger-Wenzel y Ernst, a quienes se añade F. Kogler). Aquel diccionario, de tamaño más extenso (872 págs, en formato 22 x 28.5 cm), ofrece una información básica para el conocimiento y el estudio de los escritos bíblicos, recogiendo todos los nombres propios de personas y lugares de la Biblia.
El diccionario de Kogler, Egger-Wenzel y Ernst ofrece un conocimiento básico del entorno y de los temas de la Biblia. Insiste en los aspectos histórico-literarios, con trabajos cortos, de iniciación bíblica, con ilustraciones y mapas, ofreciendo así un conocimiento indispensable del conjunto de la Biblia, para un público extenso, sin entrar en su mensaje estrictamente teológico.
Ofrece un estudio básico de todos los libros del Antiguo y el Nuevo Testamento, así como de importantes obras no canónicas, con su contenido y su planteamiento teológico, y también su trasfondo histórico y literario, a la luz del estado actual de la exégesis. Asimismo, se presta especial atención a los temas fundamentales de la teología bíblica.
La amplia información es presentada en su contexto sociológico y cultural, considerando igualmente cuestiones relativas a la organización del canon y a la historia de la recepción. Además, esta obra de consulta permite asomarse al trabajo concreto de las ciencias bíblicas, a sus principios y métodos, a sus planteamientos y a su mundo conceptual.
Este Diccionario recoge por primera vez todos los nombres propios de personas y lugares que aparecen en la Biblia, traduciéndolos de la lengua original correspondiente al español, e incluye más de 5.000 artículos redactados de forma clara y sintética, desde un punto de vista literario e histórico. También incorpora las aportaciones más recientes de las investigaciones bíblicas, desde una perspectiva histórica, cultura y religiosa, y contiene 1.000 ilustraciones en color, con centenar de mapas elaborados con la técnica más moderna. En esa línea se centra más en el conocimiento básico de la Biblia que en su aportación teológica.
La otra obra (cuyo autor es el mismo Pikaza) titulada “Gran Diccionario” es más teológico. Está centrado en la Biblia como Palabra de Dios, y tiene un interés de tipo básicamente pastoral, catequético y de formación cristiana. No es para conocer en general la Biblia, sabiendo de qué trata, sino para entenderla por dentro, para seguir su argumento, y comprender su mensaje.
No incluye ilustraciones, ni gráficos. Es un diccionario para re-pensar y aplicar la Enseñanza Bíblica, desde una perspectiva cristiana, aunque en diálogo con la cultura actual, en una línea de Teología, recogiendo cuarenta años de trabajo de profesor universitario y escritor, centrado siempre en la Biblia.
ENLACE: Ver al final de la nota de Pikaza otros diccionarios de la Biblia en castellano a considerar.
No se puede decir cuál es mejor, pues cada uno va en una línea, de manera que ambos pueden y deben ir unidos, pues se complementan, desde sus aportaciones particulares, como he podido descubrir en las lecciones que acabo de ofrecer en la Loyola-Marymount University de Los Ángeles.
Sus 1145 “entradas” exponen el sentido y los libros y personajes fundamentales de la Biblia (hombres y mujeres), fijándose sobre todo en los temas cultural y antropológico, teológico y literario. Por eso no citaba ni estudiaba todos y cada uno de los lugares bíblicos, con plantas y animales, con acontecimientos y personajes secundarios.
Fuentes:
Artículos tomados del Blog de Xavier Pikaza.
http://blog.pucp.edu.pe/blog/buenavoz/2017/11/15/para-comprender-y-estudiar-la-biblia/
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