Les insta a crear redes y a centrarse en "el cuidado de la naturaleza y defensa de los pobres"
José Manuel Vidal
(José M. Vidal/Agencias).-Empeñado en conseguir "una iglesia en salida" y, por lo tanto, mucho más evangélica, el Papa Francisco sigue sacudiendo las viejas inercias de estructuras ancladas en el pasado. Ahora, le ha tocado el turno a los estudios eclesiásticos, forja de sacerdotes y laicos dedicados a la dirigencia eclesiástica. Y para adecuarlos a su primavera, el Papa les pide toda una revolución y una "transformación", en la Constitución Apostólica "Veritatis Gaudium" sobre los institutos de estudios eclesiásticos que presentó hoy la Santa Sede.
En el documento, el papa opina que "ha llegado el momento en el que los estudios eclesiásticos reciban esa renovación sabia y valiente que se requiere para una transformación misionera de una Iglesia 'en salida' desde ese rico patrimonio de profundización y orientación, que ha sido confrontado y enriquecido 'sobre el terreno' del esfuerzo perseverante de la mediación cultural y social del Evangelio".
Señala que el mundo actual vive "no sólo una época de cambios sino un verdadero cambio de época" que "está marcado por una 'crisis antropológica' y 'socioambiental' de ámbito global" en la que se aprecian "'síntomas de un punto de quiebra', que se manifiestan tanto en catástrofes naturales regionales como en crisis sociales o incluso financieras".
Por ello, reflexiona que es preciso "cambiar el modelo de desarrollo global y redefinir el progreso".
Menciona a los más necesitados para sostener que la sociedad debe prestarles mayor atención y ve en el diálogo un valor prioritario para "promover una verdadera cultura del encuentro".
Paralelamente, considera que las instituciones en todo el mundo deben "crear redes" para cultivar y promover "los estudios eclesiásticos, y activar con decisión las oportunas sinergias también con las instituciones académicas de los distintos países".
También encomienda a las universidades, facultades e institutos eclesiásticos realizar una labor de investigación para difundir el Evangelio y apuesta por "establecer centros especializados de investigación que promuevan el estudio de los problemas de alcance histórico que repercuten en la humanidad de hoy, y propongan pistas de resolución apropiadas y objetivas".
"En este tiempo, la teología también debe hacerse cargo de los conflictos: no sólo de los que experimentamos dentro de la Iglesia, sino también de los que afectan a todo el mundo", valora.
Y considera "indispensable la creación de nuevos y cualificados centros de investigación en los que estudiosos procedentes de diversas convicciones religiosas y de diferentes competencias científicas puedan interactuar con responsable libertad y transparencia recíproca".
De esta manera, se fomentará "un diálogo orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad".
El secretario de la Congregación para la Educación Católica, Angelo Vincenzo Zani, explicó durante la rueda de prensa de presentación del documento en el Vaticano que en el mundo hay 64.500 estudiantes que se forman en estos centros eclesiásticos.
Por continentes, en Europa hay 207 facultades y 287 institutos; en Sudamérica, 22 facultades y 56 institutos; mientras que en Norteamérica hay 19 facultades y 25 institutos; en África 15 facultades y 76 institutos; en Asia 25 facultades y 56 institutos, y en Oceanía 1 facultad y 3 institutos.
Para leer la Constitución apostólica completa, pinche aquí
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