En Perú, el papa Francisco al encuentro del fervor popular

 El papa Francisco con el presidente peruano Pablo Kuczynski y su mujer Nancy Lange saludando a la multitud presente para la misa en Las Palmas, en Lima el 21 de enero de 2017.

Después de haber visitado los lugares emblemáticos de la piedad popular peruana, el papa Francisco celebró su última misa en Perú, el domingo 21 de enero por la tarde cerca de Lima, antes de tomar el vuelo de regreso a Roma, donde se le esperaba el lunes 22 de enero a primera hora de la tarde.

Durante la etapa peruana del viaje de Francisco en América Latina, la multitud y el fervor estuvieron presentes. 200.000 fieles en la playa de Huanchaco, cerca de Trujillo; 1,3 millones en Lima, el domingo 21 de enero. Y decenas y decenas de miles a lo largo de las calles en cada desplazamiento del Papa.

Un éxito para Francisco que, después de su etapa amazónica, el viernes 19 de enero, acudió al encuentro de la piedad popular peruana. Esta piedad “en Perú, ha tomado las más exquisitas formas y arraigo en el pueblo fiel y sencillo”, declaró el vienes ante los sacerdotes y religiosos y religiosas del norte del país reunidos en el seminario de Trujillo.

“Cada comunidad, cada rinconcito de este suelo viene acompañado por el rostro de un santo, el amor a Jesucristo y a su Madre”, destacó un poco más tarde durante la Celebración Mariana frente a la catedral.

Un obispo “callejero” como ejemplo

El domingo por la mañana, en el Santuario del Señor de los Milagros o ante las reliquias de los santos peruanos en la Catedral de Lima, quiso celebrar toda esa herencia de la piedad.

Pero esa herencia, el Papa la desea viva. “Ayúdanos a ser Iglesia en salida, acercándonos a todos, en especial a los menos favorecidos”, rezó ante las reliquias en la catedral.

Ante los obispos, reunidos en una capilla del Palacio Arzobispal, que posee en su altar  un magnífico retablo barroco, también dio el ejemplo de Santo Toribio de Mogrovejo, Arzobispo de Lima alrededor de los siglos XVI y XVII y cuyo ardor misionero lo convirtió en el Patrono de los obispos latinoamericanos, por cuánto se desvivió por su pueblo.

“En los caminos polvorientos de la historia, el Señor acude a tu encuentro”

“Hoy, le llamaríamos un obispo “callejero”. Un obispo con suelas gastadas por andar, por recorrer, por salir al encuentro para “anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin asco y sin miedo”, declaró el Papa, invitando a los obispos peruanos a mantenerse cercanos a la gente, a “hablar su idioma”.

“Aquí en Lima, o donde estés viviendo, en la vida cotidiana del trabajo rutinario, en la educación esperanzadora de los hijos, entre tus anhelos y desvelos; en la intimidad del hogar y en el ruido ensordecedor de nuestras calles. Es allí, en medio de los caminos polvorientos de la historia, donde el Señor viene a tu encuentro”, explicó el domingo por la tarde a los 1,3 millones de fieles reunidos en la Base Aérea de Las Palmas, cerca de Lima.

“Hoy, el Señor te invita a recorrer tu ciudad”

Los fieles también fueron invitados a ser “discípulos misioneros”. “Hoy, el Señor te invita a caminar con Él la ciudad, tu ciudad”, animó a los católicos peruanos este Papa que, un poco antes, durante el Ángelus desde el balcón del arzobispado de Lima, había dicho a los jóvenes reunidos en la plaza frente a la catedral que “Jesús quiere veros en movimiento”.

Finalmente, el domingo, tras la misa en Las Palmas, el papa Francisco llegó al aeropuerto de Lima para emprender el vuelo de regreso a Roma, donde se le esperaba el lunes por la tarde.

Nicolas Senèze, en Lima (Perú). La Croix

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