Los triunfos morales de la ciudadanía

El desprestigiado Tribunal Supremo Electoral a través de su presidente, David Matamoros Batson, hizo la declaratoria de presidente a favor del señor Juan Orlando Hernández a pesar de la petición del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, de no hacer pronunciamientos irresponsables porque subsisten serias dudas sobre los resultados electorales. Esta nueva acción de Matamoros Batson refleja la torpeza y la terquedad del grupo de poder que representa, de imponer a como dé lugar la candidatura espuria del señor Hernández, a pesar que la propia OEA ha señalado que no puede dar certeza respecto al resultado de las elecciones celebradas el 26 de noviembre. Más allá de los resultados electorales, hay algunos elementos que queremos resaltar pues representan cinco triunfos de la ciudadanía hondureña en el marco de esta crisis política. En primer lugar, el 26 de noviembre se derrotó el fraude electoral, el cual fue tan evidente que no pudieron declarar a Hernández el mismo día como ha sucedido históricamente y tuvieron que pasar por un proceso de descrédito que hace imposible considerar legítima la declaratoria oficial recién hecha. En segundo lugar, la ciudadanía ganó la batalla internacional, ya que además de que la crisis ha inundado los medios internacionales, incluso con críticas de la propia prensa de derecha, es contundente la posición de la Unión Europea que no valida los resultados y la posición de la OEA que ante la imposibilidad de determinar un ganador, plantea como único camino posible el llamado a nuevas elecciones. En tercer lugar, la ciudadanía ha desnudado la corrupción, manipulación y subordinación absoluta de la institucionalidad pública, y ha quedado en evidencia que Juan Orlando Hernández y su grupo han violentado las normas mínimas de la democracia, y pisoteado la legalidad constitucional e internacional en su afán de imponer por la fuerza su candidatura. En cuarto lugar, el proyecto continuista de ese reducido grupo político y económico liderado por Juan Orlando Hernández ha fracasado, pues ha quedado deslegitimado ante un importante sector de la ciudadanía y la sombra del fraude lo acompañará permanentemente. En quinto lugar, la ciudadanía ha ganado fuerza moral y politización en sentido positivo, lo cual, en el momento actual del país puede ser una oportunidad para impulsar un verdadero compromiso de todos los sectores nacionales e internacionales con el fin de realizar profundas reformas políticas y sociales que permitan reconstruir el tejido social, fortalecer el Estado de derecho y restablecer el sistema democrático.

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