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Estimados docentes: Cada vez que surgen ideas destinadas a prescindir de la enseñanza de arte y música en los colegios, en desmedro de otras materias consideradas más “importantes”, surgen voces contrarias de quienes defienden la formación en estas áreas por su influencia en el desarrollo integral de los niños y adolescentes. Educadores y artistas con experiencia en proyectos destinados al público infantil – juvenil concuerdan en que existe un impacto a todas luces positivo, como aprender el valor de la disciplina, el esfuerzo y la belleza en todas sus formas artísticas.
Del mismo modo, también es bueno recalcar la incidencia del estudio y la práctica musical en la formación de valores como el respeto por sus pares y el mejoramiento de la autoestima, los niños desarrollan la personalidad y los proyectos masivos, como coros y orquestas, favorecen la integración social. Además, hay estudios que demuestran que también mejoran los resultados académicos y muchos llegan a ser los primeros de su curso.
Al mismo tiempo la neurociencia se encuentra estudiando los efectos de la música en el desarrollo intelectual. De hecho, en base a las experiencias realizadas, se ha podido determinar que quienes participan de estas actividades mejoran su capacidad de memoria, la habilidad para resolver problemas matemáticos y de razonamiento, desarrollando además la creatividad.
Los invitamos a ver el vídeo que acompaña a este enlace, en que el violinista holandés André Rieu interpreta junto a su afamada orquesta una de las piezas más famosas de la música clásica, del gran compositor de valses austríaco Johann Sebastian Strauss: El Danubio Azul.
EL LINK:
EL DATO:
Mónica López Quintana, psicóloga y directora del centro DePsi en Vitoria, comenta que “cada día hay más evidencias de que los seres humanos, en su fase intrauterina y tras el nacimiento, son sensibles a la música, la cual favorece el desarrollo neurológico”. También se pueden aplicar sus beneficios cuando son más mayores. Investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) escogieron a varios niños de 6 años y, aleatoriamente, se les impartió clases de piano y voz. Otros no recibieron ninguna formación. El estudio concluyó que aprender a tocar un instrumento puede aumentar las habilidades para las matemáticas y el cociente intelectual en general.
Otro estudio realizado a 44 niños durante dos años muestra que la instrucción musical cambia el cerebro de manera que facilita a los jóvenes procesar los sonidos, de acuerdo con los resultados publicados en la revista The Journal of Neuroscience. Esa capacidad añadida, dicen los investigadores, está ligada a mejoras en habilidades como lectura y lenguaje. Para obtener los mejores resultados los alumnos deben tocar un instrumento y no solo escuchar música.
Category: Cultura General.
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