A
Su Excelencia
Mons.
Pedro Ricardo BARRETO JIMENO S.J.
Arzobispo
de Huancayo
Vaticano, 21 de mayo de 2018
Querido hermano:
Un cordial saludo, mi
cercanía y la seguridad de mi oración con motivo del anuncio de ayer.
El Pueblo de Dios se
alegra cuando se crean nuevos Cardenales, y no se equivoca pues con el olfato
de la fe, percibe que los lazos con la Iglesia de Roma se fortalecen en ambas
direcciones: desde las diócesis se siente con mayor firmeza la seguridad de ser
edificados sobre la Roca y junto a la Piedra que es Pedro. Y desde Roma se
experimenta el gozo del Evangelio. Y la Iglesia toda alaba al Señor. Al
incardinarte en la Iglesia de Roma serás testigo privilegiado de este
intercambio de vida y de dones que el Espíritu Santo, autor a la vez de la
diversidad y de la armonía, realiza en la Esposa de Cristo.
Esta alegría del Pueblo
de Dios tenemos que cuidarla desde nuestro corazón de pastores y no permitir
que la mundanidad le quite nobleza. Está bien alegrarse junto con el Pueblo de
Dios porque está designación tuya como Cardenal pero a la vez no permitir que
el espíritu mundano la desprestigie con expresiones de festejo y celebraciones
de signo mundano. La alegría según Dios siempre es sobria y profunda.
Nos vemos el 28 por la
tarde. Sigo rezando por ti; por favor hacerlo por mi.
Que Jesús te bendiga y
la Virgen Santa te cuide.
Fraternalmente,
FRANCISCO.
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