martes, 31 de diciembre de 2019

El 2020 de Francisco: de la nueva Constitución a los desafíos globales

Bergoglio se ha convertido en un 'primus inter pares' de los líderes mundiales

Francisco, rodeado por jóvenes en Antananarivo
Francisco, rodeado por jóvenes en Antananarivo
El pontífice publicará el año próximo uno de los documentos más importantes de su pontificado : la nueva carta magna que institucionalizará sus cambios en la Curia
Al mismo tiempo, el fracaso de la COP25 lo deja como líder de referencia para los temas ambientales mientras prepara la exhortación sobre la Amazonía
En apenas dos meses y medio, se cumplirán (¡ya!) siete años de la elección de Jorge Mario Bergoglio como el Papa 266 de la Iglesia. Un nuevo aniversario de un pontificado que por intensidad y originalidad da la sensación de haber superado ya la década.
Pero, como cada año, los desafíos aparecen renovados y cada vez más complejos para un Francisco que aparece cada vez más con la impresión de estar eligiendo minuciosamente los frentes en los que se propone iniciar procesos de cambios, ya con una comprensión total de hasta qué punto la estructura que lo rodea a diario es al mismo tiempo una ayuda (las menos de las veces) o una carga (las más) para esa esperada y necesaria reforma que quiere dejar como legado.

Dos textos fundamentales

Y en ese marco el primer semestre de 2020 debería traer dos escritos que, cada uno en su nivel, van a ser claves en la institucionalización de los procesos de reforma, primer paso para esa deseada “irreversibilidad” de los cambios impulsados que Bergoglio imaginaba como horizonte de su magisterio.
La Curia escucha al Papa
La Curia escucha al Papa Osservatore Romano
El más importante será la nueva Constitución Apostólica, la esperada “Prediquen el Evangelio” por la que ha reunido ya 32 veces a sus cardenales asesores, primero en el formato C8, luego C9 y finalmente C6. La paradoja del nuevo texto, que más que incorporar grandes reformas ajustará a derecho canónico una larga lista de decretos y motus proprios ya emitidos por el Papa, es que su demora es síntoma de su necesidad: planeada originalmente para inicios de 2019, ha encontrado resistencias en la Curia que han postergado su aprobación final, basada en la sinodalidad que busca imprimirle Francisco a la Iglesia del futuro.
Entre las novedades más grandes (más allá de los cambios de nomenclaturas), estará la de poner de relieve el carácter Evangelizador de la misión de la Iglesia y de la Curia. De importancia será también la incorporación de toda la nueva legislación en materia de lucha a la pederastía promulgada por Bergoglio, incluida la reciente abolición del secreto pontificio, y un fuerte empoderamiento de la figura del Secretario de Estado, que pasará a parecerse más a un Primer Ministro de los regímenes occidentales.
Abertura del Sínodo para la Amazonía
Abertura del Sínodo para la Amazonía
El segundo texto que tendrá importancia es la exhortación apostólica tras el Sínodo de la Amazonía de octubre pasado. El reciente fracaso de la diplomacia internacional en la COP25 de Madrid volvió a dejar al pontífice como el primus inter pares de los líderes mundiales en la batalla contra el calentamiento global. Y, en ese marco, las palabras sobre la conservación de la Casa Común de la personalidad más respetada del mundo (según el último sondeo global de Gallup) serán un hecho ya no solo evangélico, sino político, de magnitud planetaria.

China, elecciones USA, Brasil y Argentina, cuatro pruebas

El plano internacional, en tanto, traerá cuatro pruebas importantes para el Papa. La primera será la nueva tanda de ordenaciones episcopales que se esperan desde China, luego del acuerdo provisorio de septiembre de 2018, y considerando que en los primeros 15 meses desde su firma solo fueron ordenados dos obispos.
¿Cómo seguirá esa relación? Por fuera del acuerdo, el vínculo ha tenido pasos de avance y retroceso permanentes: el Vaticano pudo, por ejemplo, estar presente con un stand en la Expo Beijing de Horticultura de este año, pero nunca llegó la autorización de Beijing para imprimir y repartir copias de Laudato si’ a los asistentes. El Museo Vaticano pudo exponer, sí, sus obras en la Ciudad Prohibida de Beijing, pero nunca se logró la originalmente planteada exposición de obras chinas dentro de los Muros. En ese marco, las futuras designaciones, y el avance de otros temas burocráticos (como el acuerdo sobre cuántas diócesis debería haber en el gigante asiático) tendrán en 2020 una prueba de fuego.
Bolsonaro y el Papa
Bolsonaro y el Papa
El continente americano, para el que Bergoglio pidió “esperanza” en Navidad, también traerá frentes que observar con atención. El de mayor relevancia se dará la segunda semana de noviembre, con las elecciones en Estados Unidos. Si bien muchos altos cargos del Vaticano reconocen que había a decir verdad pocos matices entre demócratas y republicanos en 2016, el primer mandato de Donald Trump, y especialmente su resistencia a temas tan caros a Roma como la inmigración y el ambiente, pueden dar un giro en esa dirección. ¿Cómo se parará el Vaticano entrada la carrera electoral? ¿Qué rol tendrá la Iglesia del país, liderada por el hijo de hispanos José Horacio Gómez?
Desde el sur de la región habrá otras pruebas claves para Bergoglio. Por un lado, el país con más católicos del mundo, Brasil, y su indescifrable presidente Jair Bolsonaro. El amante de la ametralladoras no ha dejado campo semántico sin polarizar con el Papa. Desde la Amazonía a la industria armamentista, pasando por la embajada en Jerusalén y la integración latinoamericana. ¿Habrá finalmente encuentro cara a cara? Popr ahora, lo más parecido a un acercamiento fue la presencia de la Primera Dama de Brasil, el viernes 13 de diciembre, en un evento de Scholas Occurrentes al que fue Francisco, y se saludaron con cordialidad. ¿Alcanzará para llegar a un Bolsonaro que también estará más que pendiente de lo que pase en noviembre en Estados Unidos?
Triunfo de los Fernández en Argentina
Triunfo de los Fernández en Argentina
También su Argentina natal marcará en cierto punto un desafío para Bergoglio. Tras los cuatro años de Mauricio Macri en el gobierno, la llegada de Alberto Fernández ya marcó en su primera quincena en la Casa Rosada un giro de 180 grados respecto del Papa. De la relación “profesional” que buscaba Macri, a las recurrentes alusiones al “querido papa Francisco” que ya ha soltado Fernández. Francisco recibió cálidamente a la Primera Dama apenas tres días después de asumida y renovó a fines de noviembre su manifestación pública de sus “ganas” de visitar su país.
La clave del nuevo vínculo, estiman algunos conocedores de la relación, será ver hasta qué punto las dos partes logran“encapsular” el tema del aborto, sobre el que Fernández prometió ya a su electorado un proyecto de ley, para que el resto de la agenda pueda desarrollarse con la menor cantidad de sobresaltos posibles. Y, también, habrá que seguir cómo seguirán jugando los medios de comunicación, especialmente argentinos pero no solo, en su presentación a menudo maliciosa de Bergoglio.

RD

viernes, 27 de diciembre de 2019

TAYTA VELASCO

Leoncio Huamán

"TAYTA VELASCO (Piura, 16 de junio de 1910 - Lima, 24 de diciembre de 1977).
En un comentario el educador David Roca Basadre cuenta que una fotografía inmortalizó un acto intensamente bello. Lo describe así: “Una vieja campesina se acerca a Velasco y, acostumbrada como estaba a arrodillarse ante gamonales, se arrodilla ante Velasco. Este se conmueve hasta las lágrimas, se arrodilla también y se pone al nivel de ella para abrazarla y levantarla, mientras le dice: ‘nunca más, ya nunca te arrodilles más’”.

Y es que desde la “independencia” del Perú hasta antes de Velasco, millones de peruanos vivíamos dentro de un sistema inhumano de explotación, dónde el hambre estragaba y las enfermedades desesperaban. El Perú era un conglomerado de haciendas, dónde cada una de ellas era un Estado autónomo con sus propias leyes y sus propios esclavos. Y ni hablar de los congresos de esas épocas, que eran, básicamente, una reunión de gamonales que llegaban al poder por los votos de sus avasallados.

Esa es una de las razones por las que no puede hablarse de un país propiamente dicho antes de 1968. La independencia del Perú no fue una independencia para todos. Fue, básicamente, para los criollos. Nosotros, los naturales de estas tierras, a pesar de ser “libres”, seguíamos pagando tributos solo por ser indígenas. Y cuando desaparecieron esos impuestos con Ramón Castilla, la oligarquía agarró nuestras tierras y nos hizo esclavos dentro de ellas.

Pero el golpe de Velasco acabó con toda esta podredumbre. Le dio el golpe mortal a ese sistema feudal imperante e hizo, por fin, libres a nuestras familias. Hubo un costo económico, claro que sí, pero nada de eso se compara con el derecho humano de no ser más siervo de nadie.

Algunos fachos derechistas disfrazados de progres (que viven en su mundo de chocolate), comparan a Velasco con Fujimori, dicen que todas las dictaduras son malas y que no se puede celebrar nada de un régimen que destrozó la democracia. ¿Democracia? ¿Cuál democracia? ¿Esa en la que los criollos nos robaban las tierras y nos presentaban como subnormales? ¿Esa en la que nos trataban como esclavos, nos humillaban, nos masacraban y no nos daban educación ni salud?

Mienten quienes dicen que el Perú se fundó en 1821. Nosotros, la inmensa mayoría, nunca vimos esa independencia hasta la reforma agraria de Velasco.

Por eso y mucho más...
¡Kausachun Velasco!
El presidente Juan Velasco Alvarado como director de la Escuela Militar de Chorrillos (1952)."
Fuente: Movimiento Segunda República

martes, 17 de diciembre de 2019

COP 25: la vieja desesperanza

17/12/2019
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Es sorprendente la decepción. Es asombrosa esta novel desesperanza. Es entendible en Greta y en los jóvenes que van por primera vez a una COP. Era tal vez esperable en quienes recién comienzan a seguir el proceso de la Convención y llegaron a Madrid con el anhelo fabricado por los Obsecuentes Vendedores de Ilusiones. Pero si se mira en perspectiva es relativamente fácil conjeturar que no se puede esperar de la Convención un acuerdo que salve a la humanidad de un cambio climático que será devastador.

Pero siempre todo parece empezar casi de cero, como si no hubiera historia o el pasado fuera solo aquello tan reciente. Dicen que esta fue la COP más larga de la historia. Se olvidan de la COP 6 que empezó en La Haya el 13 de noviembre de 2000 y terminó el 27 de julio de 2001 en Bonn. Esa sí que fue larga. De la misma manera hubo varias tan desesperanzadoras y fracasadas como esta. La mayoría en realidad.

¿De verdad alguien cree que lo no pudo resolverse hace cuatro años cuando se firmó el Acuerdo de París, podía resolverse ahora? ¿Qué cambió en ese tiempo? Aquél acuerdo se firmó bajo un supuesto poco creíble: que todos los países iban a hacer voluntariamente un esfuerzo que no habían hecho hasta ese entonces tras 23 largos años de penosas y malogradas negociaciones. Y no lo habían hecho mientras los desastres climáticos arrasaban poblaciones enteras, muchas de ellas en los países más reacios a reducir emisiones.

¿De verdad pensaron que podía haber un acuerdo sobre los mercados de carbono? Y además ¿que fuera efectivo para solucionar los problemas del clima? ¿Se olvidaron de lo que costó este tema durante el Protocolo de Kioto y los Acuerdos de Marrakech? ¿Se olvidaron del desastre que resultaron esos mecanismos, que permitieron a Rusia vender toneladas de aire caliente para que Europa pudiera cumplir con sus compromisos de Kioto? ¿Se olvidaron de cómo los países del sur pudieron aumentar sus emisiones y hacer cualquier desastre ambiental aplicando un Mecanismo de Desarrollo Limpio corruptible por todos sus costados?

Nada de eso fue porque sí. No es que algo salió mal. No hubo imprevistos. Todo lo que pasó fue adelantado en su momento, por varios analistas que hacían un seguimiento muy documentado sobre los riesgos de los acuerdos que se estaban firmando. Pero también por algunas delegaciones nacionales que tuvieron el coraje de denunciarlo: aquellas cuyos países tenían mucho para perder con el cambio climático y muy poco para ganar con los mercados de carbono.

El mercado de carbono es uno de los temas cruciales porque para los países desarrollados es una forma de cumplir con sus compromisos de apoyo financiero a la vez que obtienen beneficios al poder descontar de sus propios inventarios las reducciones compradas a terceros. Para los países en desarrollo la obligación ya adquirida por los países desarrollados de reducir antes que nadie sus emisiones y además entregarles dinero para compensar los daños causados, son un arma incomparable en la competencia económica internacional. ¿Alguien puede imaginar a India, China o Brasil cediendo ese derecho ganado?

Alguien puede pensar que es el destino de la humanidad el que está en juego y cifrar sus esperanzas en que consecuentemente los gobiernos adoptarán decisiones acordes. Sin embargo es difícil encontrar en la historia un líder de una potencia o imperio que se haya preocupado alguna vez por algo parecido al destino de la humanidad antes que el propio. Pero en fin, cada uno es libre de poner sus esperanzas donde mejor le parezca.

Sin embargo, más allá de las voluntades particulares de los estados, la razón principal por la que no es posible pedirle peras al olmo, está en el propio texto fundacional de la Convención. A todos los que tienen alguna esperanza en estas negociaciones internacionales les sugiero leerla, antes de juzgar los resultados de cualquier COP. Una de las principales condiciones para alcanzar cualquier consenso en una decisión, es que ésta promueva el desarrollo. Ninguna acción o medida que se tome para frenar el cambio climático debe detener el crecimiento económico. Es así de literal.

Y esto no es posible, como ya deberíamos haberlo aprendido. Toda la economía global está aceitada por un constante y creciente flujo de combustibles fósiles que al día de hoy, a casi 30 años de la firma de la Convención representa el 85% del abastecimiento energético del mundo. ¿Alguien cree de verdad que la mayoría de los gobiernos del planeta se pondrán de acuerdo para cortarle las venas al desarrollo? ¿No sería una hipótesis más plausible pensar que tratarán de mantener su riqueza, su poder, su pequeño pero finalmente único y subjetivo lugar en el mundo, a cualquier precio?

Suele ponerse la esperanza en la gente, en ganar la conciencia de las personas al punto que la presión ciudadana sea capaz de forzar un cambio en las posiciones de los gobiernos ante las negociaciones. Es probable, pero también si la gente fuera “consciente”, en los términos en que sugiere la expresión, estaríamos en otro mundo. Pero estamos en este. Y a la gente no le gusta mucho lo del cambio climático pero mucho menos le gusta quedarse sin trabajo, así por lo menos podrá comprarse un bote cuando sea necesario.

No es una visión pesimista. Es el daño en los ojos que causa leer tantos informes, documentos y declaraciones de la Convención de Cambio Climático a lo largo de los años. Es la acumulación en la retina de generaciones de Gretas que se desgañitan a las puertas de las COPs como si fueran la primera generación que no es escuchada. Es la repetición hasta el hastío de los mismos discursos, las mismas declaraciones finales, los mismos aplausos, los mismos titulares en las noticias: “la COP se cerró con un llamado urgente a hacer mayores esfuerzos, el tiempo se acaba”. Hace rato que se acabó el tiempo. Por ahí andan Cassandra y sus amigos advirtiéndolo a todo el mundo, pero por una maldición de algún dios que seguramente cotiza en bolsa, nadie les cree.

En cambio sí confían en los Fabricantes de Utopías Creíbles que anuncian que se puede crecer usando menos energía o que se puede seguir consumiendo la energía que requiere el desarrollo sin emisiones. Y nunca faltan los Agoreros de la Ruina Infinita que alertan a todo quien pueda oírlos sobre los males que recaerán sobre nosotros si se detiene el crecimiento. En fin, cada uno pone sus creencias donde puede.

Pero no deja de ser curioso que año tras año lleguemos a diciembre con la misma cara de desamparo, esperando de la Convención de Cambio Climático algo que ella no puede dar porque nació bipolar, con objetivos contradictorios entre sí: reducir emisiones y a la vez no parar de crecer. No hay otro espacio de negociación internacional para el cambio climático; es verdad. Pero no esperemos que el olmo de peras.

-Gerardo Honty es analista de CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social)



https://www.alainet.org/es/articulo/203880 

Alessandro Gisotti: “El Papa es el único líder mundial con auténtica conciencia ecológica”

El vicedirector del Dicasterio de la Comunicación presenta 'Una gran esperanza' en Comillas

Gisotti, en primer plano, junto a Sistach, Martínez, Osoro y Policarpo
Gisotti, en primer plano, junto a Sistach, Martínez, Osoro y Policarpo

Osoro: "El clima es un bien común, de todos y para todos"

Julio L. Martínez, sj: "Para que la Agenda 2030 pueda recalar con el cambio que se necesita, son necesarias las tradiciones religiosas"

“Una gran decepción”. Así definió el cardenal emérito de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, el resultado de la COP25 de Madrid. De igual modo, el vicedirector de la Sala Stampa, Alessandro Gisotti, admitió que “la cumbre ha acabado con un fracaso”, aunque matizó que “la toma de conciencia de la sociedad civil es muy importante”. Y es que la cumbre del clima se coló, porque todo está conectado, en la presentación de 'Una gran esperanza: La custodia de la creación' (Romana Editorial), que se ha llevado a cabo en la Universidad Pontificia Comillas.
Ecumenismo, ecología y esperanza, fueron las claves ofrecidas por el anterior responsable de la Sala Stampa, en su presentación. “Hay que comprometerse en el diálogo ecuménico”, destacó Gisotti, quien apuntó que “el Papa está convencido de que la cultura puede ser escenario para caminar juntos para el restablecimiento de la plena unidad de los cristianos”.
¿Qué ecumenismo? “El ecumenismo de la caridad, de la sangre, de la oración, y el ecumenismo como el caminar y actuar juntos en un tiempo en el que los cristianos, si se unen, pueden dar nueva esperanza a una sociedad que tiene sed de paz y amor.”, subrayó el periodista italiano, quien anunció que, en primavera de 2020, la Librería Editrice Vaticana (y en España, Romana), publicarán un documento centrado en la comunicación.
Pero ahora, entre el Sínodo y la COP25, el tema es el cuidado de la creación. Con una idea básica, plasmada en la magnífica Laudato Si., “el documento más valorado de este Papa”, recalcó Gisotti. 
"De hecho, jóvenes de todo el mundo, creyentes y no creyentes, sienten que el Papa Francisco es quizás el único líder mundial adulto que asume la responsabilidad de los actos para las nuevas generaciones”.

Todo está conectado

“El Papa pide una respuesta global para un problema global, porque todo está conectado”, añadió, destacando cómo “los críticos de Francisco argumentan que un Papa no debe dedicarse a temas ecológicos. Estas críticas son inaceptables”.
Finalmente, Gisotti recordó el “grito de alegría y esperanza” cuando, hace casi siete años, los asistentes a la plaza de San Pedro escucharon como Bergoglio había decidido tomar el nombre del poverello de Asís. “Un nombre que es una gran esperanza. ¿Por qué? Por su referencia a la creación, y a los pobres”. Porque, en definitiva, “el Papa nos ha animado a escuchar el grito de la tierra y el grito de los pobres”, en una suerte de 'escuchaterapia', un término que ha acuñado este Papa.
Presentación del libro de Romana en Comillas
Presentación del libro de Romana en Comillas

Francisco, un Papa urbano

Por su parte, el metropolita Policarpo, representante del patriarca de Constantinopla en España y Portugal, destacó el “vínculo estrecho entre el ecumenismo y el cuidado de la casa común”. Para Policarpo “Francisco y Bartolomé comparten esta misión, compromiso, obligación y tarea de la Iglesia, respondiendo al sufrimiento global, llenos de esperanza de que la situación en el planeta mejore, y la mentalidad de un mundo sostenible conquiste más terrenos”.
Para el cardenal Sistach, el contenido ecológico de este volumen “es muy necesario y urgente”, sobre todo después de “no haberse conseguido los avances necesarios” en la cumbre del clima. Y la figura de Francisco, cada vez más necesaria. “Francisco es un Papa urbano. Es en las grandes ciudades donde se produce, se vive y se sufre el calentamiento climático”, recordó el arzobispo emérito de Barcelona.
“Hay una exigencia moral de cuidar de la creación, para que todas las generaciones puedan gozar de ella”, frente a “una mirada enferma que nos impide a todos mirar la belleza de la creación”.

Osoro: "Este mundo necesita esperanza"

El cardenal de Madrid, Carlos Osoro, trazó una comparativa con lo que está sucediendo hoy y el auto sacramental de Calderón de la Barca, 'El gran teatro del mundo'. “¿Qué es lo que está sucediendo en este mundo? ¿Qué nos mueve hacia los demás y hacia Dios?”, se preguntó el purpurado haciendo un resumen del libro.
“Este mundo necesita esperanza, y una visión integral”, glosó el prelado, quien afrontó “la necesidad de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”.
Mesa de presentación en Comillas
Mesa de presentación en Comillas
"El clima es un bien común, de todos y para todos (...), es un problema global", apuntó Osoro citando al Papa Francisco. "Es importante que admitamos que es necesario que nos pongamos a cuidar los ecosistemas, que supone mirar más allá de lo inmediato. Ser testigos, no mudos, sino actuando en la vida", demostrando "con gestos concretos que colaboramos en el cuidado del bien común".

Rector de Comillas: "Estamos ante una encrucijada"

"Hoy estamos en uno de esos momentos de encrucijada", concluyó el rector de Comillas, Julio L. Martínez, sj. "Es un cambio de era que precisa un urgente cambio de personas y estructuras". "Necesitamos un cambio de persona y de estructura, y nos da esperanza pensar que aún estamos a tiempo de cambiar de rumbo".
"No estamos todavía en angustia, sino que muchas veces tomamos conciencia pero, al mismo tiempo, sentimos que aunque no se haga nada, ya habrá algún arreglo", lamentó. "Por suerte, contamos con la Agenda 2030. Por mala suerte, nos faltan medidas políticas, pero tenemos la hondura de proyectos de ecología integral como la Laudato Si".
"Para que la Agenda 2030 pueda recalar con el cambio que se necesita, son necesarias las tradiciones religiosas", destacó el rector de Comillas, destacando la capacidad de "ofrecer respuestas globales". Negar esto "sería de una ceguera impropia del momento de encrucijada en el que nos encontramos".
"El cuidado es incompatible con el descarte, o el deshecho de las cosas, convertidas rápidamente en basuras. El cuidado llama a una austeridad compartida, pero no nos permite que nos olvidemos del cambio estructural (...). Las estructuras no se pueden cambiar sin personas que las queremos transformar"
Policarpo, Osoro, Julio L. Martínez, sj., Sistach y Gisotti
Policarpo, Osoro, Julio L. Martínez, sj., Sistach y Gisotti
RD