miércoles, 30 de junio de 2021

Cardenal Barreto: “Con la Asamblea Eclesial estamos ante un elemento fundamental para el proceso de reforma de la Iglesia”

 Seminario virtual sobre el Proceso de Escucha de la Asamblea Eclesial en la Amazonía

Cardenal Barreto
Cardenal Barreto

“La escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra oportuna, que nos desinstala de la condición de espectadores, ayudando a desarrollar lo mejor que Dios ha desarrollado en la propia vida”

“Con el Sínodo, la Iglesia dejó claro de qué lado está, de los más débiles, de los más lejanos, de los que estamos en el territorio”

“Estamos ante un proceso que ha fortalecido a las comunidades, que ha dado espacio para que las comunidades puedan ser escuchadas”

“La escucha debe ser mutua, recíproca y transformadora”

Seminario virtual CEAMA y REPAM
Convocados por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), se ha celebrado este lunes, 28 de junio, el seminario virtual en el que, dentro del proceso de escucha de la Asamblea Eclesial de América Latina y del Caribe, se ha querido dar pasos en este camino continental desde una perspectiva amazónica.

Conducido por la secretaria general de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), la hna. Daniela Cannavina, ha contado con la presencia de Patricia Gualinga, el cardenal Pedro Barreto, Francisco Lima, Mauricio López y Francisco Campos. Ha querido ser un momento para “ejercitarnos en el arte de escuchar, que es mucho más que oír”, según la secretaria de la CLAR. Según la religiosa, “la escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra oportuna, que nos desinstala de la condición de espectadores, ayudando a desarrollar lo mejor que Dios ha desarrollado en la propia vida”.

El cardenal Pedro Barreto partía de la idea de que “cuando se habla de una Iglesia con rostro amazónico, se habla de elementos fundamentales de la Iglesia, pues se habla del cuidado de la vida, de las culturas y de la casa común”. El purpurado peruano se refería a los sueños del Papa Francisco en Querida Amazonía y a la sinodalidad, que “no es un invento del Papa Francisco y sí una vuelta a los orígenes”. El presidente de la REPAM recordaba las palabras del Papa Francisco en las que dice que “la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia para el tercer milenio”, algo que se desarrolla en la Episcopalis Communio.

El arzobispo de Huancayo, insistía en la necesidad de esparcir la idea de sinodalidad, de descubrir la importancia del “sensus fidei”. Según el cardenal, “la sinodalidad es parte de la experiencia de un Pueblo de Dios que camina en la historia”, que ha definido como “proceso de escucha a Dios, de discernir y de actuar como Pueblo de Dios en camino”. En sus palabras, ha mostrado su alegría de que sea la Amazonía y sus pueblos la que ayude a la Iglesia a ponerse en camino.

Cardenal Barreto

Después de mostrar la importancia de tener conciencia de que estamos en proceso de escucha, ha destacado que “con la Asamblea Eclesial estamos ante un elemento fundamental para el proceso de reforma de la Iglesia católica”, una Iglesia que escucha y que es paso previo para el momento más importante, que será el Sínodo sobre la Sinodalidad. Finalmente insistía en que “todos tenemos que ser actores en la Iglesia, no hay espectadores”.  

Con el Sínodo, la Iglesia dejó claro de qué lado está, de los más débiles, de los más lejanos, de los que estamos en el territorio”, afirmaba Patricia Gualinga, que insistía en que “eso ha sido fruto de escuchar los sentimientos de las comunidades”. La líder indígena insistía en la necesidad de hacer incidencia en otros espacios eclesiales, de escucharnos, también fuera de la Amazonía. Para Patricia, “todo tiene que ir en clave de interculturalidad, que lleve a entender las expresiones positivas, que puede ser un aporte en un mundo caótico”, algo que tiene que ser realidad en unidad.

La representante de los pueblos indígenas en la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), destacaba que este espacio de escucha nos da muchísima esperanza, “es una relación de aliados, dejando atrás las imposiciones del pasado, de construir un presente que pueda aportar dentro del mundo espiritual”. Para la indígena del Kichwa de Sarayaku, “Dios siempre estaba presente en el pensamiento espiritual de los pueblos indígenas, que tiene que ser acoplado por la Iglesia desde claves interculturales”. Ella mostraba su confianza en el Espíritu para que se puedan ir amazonizando otros espacios, donde el caminar como hermanos y hermanas sea algo presente en la vida de la Iglesia.

Patricia Gualinga

Al hablar del contexto de la región amazónica en Brasil, Francisco Lima insistió en que "la vida de la región amazónica está constantemente amenazada", una realidad que se ha intensificado con el actual gobierno, que actúa "sin ningún respeto por los pueblos amazónicos, que ven reducidos o retirados los derechos que tanto les ha costado conseguir".

En la Amazonía, "la Iglesia católica siempre ha tratado de estar atenta a esta realidad", según el secretario ejecutivo de la CNBB Norte 1. Destacó que "la Iglesia en la Amazonía ha buscado su propio rostro, enfatizando la formación del clero local, pero también ha tratado de trabajar en la formación de miles de líderes laicos dispersos en tantas comunidades de esta inmensa Amazonía", informando sobre el trabajo realizado.

Francisco Lima destacó el estímulo dado por el Papa Francisco en este camino desde la Conferencia de Aparecida, insistiendo en la necesidad de la presencia de la Iglesia en la región. Recordó los caminos indicados por Laudato Sí, y calificó el Sínodo para la Amazonía, como una llamada a buscar "nuevos caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral", que "nos abrió a nuevas posibilidades, reafirmó algunos caminos ya emprendidos, pero que necesitan ser reforzados, y nos exigió mucha más audacia".

“Estamos ante un proceso que ha fortalecido a las comunidades, que ha dado espacio para que las comunidades puedan ser escuchadas”, según Francisco Lima, que también destacó que esto hace posible que la voz de los pueblos de la Amazonía tenga eco fuera de ella. Por eso llamó a aprovechar este momento para afirmar que "todos somos Pueblo de Dios, y debemos estar en comunión".

Francisco Lima

La escucha debe ser mutua, recíproca y transformadora”, insistía Mauricio López, una escucha que “se va convirtiendo en reformas y cambios, como ha pasado en la Amazonía a partir del Sínodo”. El director del Centro Pastoral de Acción Social y Redes del Celam, “la escucha, en el sentido de discernimiento de la voluntad de Dios, produce cambios, que esperamos sean irreversibles en la lógica del Pueblo de Dios”. Mauricio ve la escucha como modo de llegar a las periferias geográficas y existenciales, al mayor número de personas posibles. Desde ahí pedía a la REPAM para que sigan siendo ese puente con quien nunca ha sido escuchado, todavía más ante una situación que ha cambiado como consecuencia de la pandemia del Covid-19.

Según Mauricio López, que conoce la realidad amazónica a partir del trabajo realizado como secretario ejecutivo de la REPAM, “los pueblos indígenas siempre han pedido coherencia y cambios de fondo, poder actuar, algo que es la Asamblea Eclesial, que quiere convertirse en una puerta abierta para aspirar a una Iglesia más sinodal, algo nacido en el Concilio Vaticano II, donde se nos pide ser Iglesia Pueblo de Dios”. Mauricio recordaba ideas presentes en el Sínodo para la Amazonía, que mostró la importancia de que la periferia ilumine al centro, para ayudar a abrir nuevos caminos desde su ser periferia.

Es importante que desde la REPAM se haga una invitación a “abrazar la Asamblea Eclesial como algo propio, como lugar para generar espacios de escucha genuina que transformen”, según Mauricio López. También destacaba la conexión con el Sínodo sobre la Sinodalidad, “que ha pedido que la periferia ilumine al centro, en clave de desborde, que es el modo como Dios resuelve el conflicto”. Por ello es necesario “tener conciencia de que luchamos por lo mismo”, recordando las palabras de Santiago Yahuarcani, lo que nos llama a entender la necesaria colaboración.

Mauricio López 1

No podemos olvidar que vivimos un tiempo desafiante como Iglesia, por una pandemia que ha modificado nuestra forma de relacionarnos, como recordaba Francisco Campos. El responsable de la plataforma de Escucha de la Asamblea Eclesial la define como una experiencia profética, una novedad. Explicaba cómo funciona la plataforma de escucha, que da la posibilidad de participar de tres modos: comunitario, foros temáticos y personal, tratándose de una escucha sin filtros.

Campos invitaba a ser solidarios, a invitar a los otros a participar y ayudarlos a ello, recordando que se trata de promover formas de participación para que la Iglesia se haga presente, siendo portadores de la Buena Nueva, poniendo los medios tecnológicos al servicio de otros. En su intervención ha ido explicando los diferentes elementos presentes en la plataforma, destacando que esa plataforma de escucha va a seguir siendo un lugar de compartir más allá del 30 de agosto, de construir nuevos caminos para la Iglesia del continente.

Fte: RD

viernes, 18 de junio de 2021

Francisco clama por una "reforma a fondo de la economía mundial" que evite "sacrificios ante el altar del progreso"

 Vídeo mensaje del Papa a la Conferencia Internacional del Trabajo

"Muchos servicios públicos, así como empresas, se han enfrentado a tremendas  dificultades, algunos corriendo el riesgo de quiebra total o parcial. En todo el mundo, hemos  observado una pérdida de empleo sin precedentes en 2020"

"Los  sindicatos son una expresión del perfil profético de la sociedad. Los sindicatos nacen y renacen cada  vez que, como los profetas bíblicos, dan voz a los que no la tienen, denuncian a los que “venderían  al pobre por un par de chancletas"

"Busquemos soluciones que nos ayuden a construir un nuevo futuro del trabajo fundado en condiciones laborales  decentes y dignas, que provenga de una negociación colectiva, y que promueva el bien común, una  base que hará del trabajo un componente esencial de nuestro cuidado de la sociedad y de la  creación"

"Es esencial para la misión de la Iglesia garantizar que todos  obtengan la protección que necesitan según sus vulnerabilidades: enfermedad, edad, discapacidades,  desplazamiento, marginación o dependencia"

"Es fundamental que la Iglesia, y por tanto la acción de la Santa Sede con  la Organización Internacional del Trabajo, apoye medidas que corrijan situaciones injustas o  incorrectas que afectan a las relaciones laborales, haciéndolas completamente subyugadas a la idea  de “exclusión”, o violando los derechos fundamentales de los trabajadores"

"La pandemia nos recuerda que muchas mujeres de todo el mundo siguen llorando por la  libertad, la justicia y la igualdad entre todas las personas humanas"

"Ha llegado el momento de eliminar las  desigualdades, de curar la injusticia que está minando la salud de toda la familia humana"

"Una reforma a fondo de la economía mundial" para lograr "condiciones laborales decentes y dignas, que provenga de una negociación colectiva y que promueva el bien común". El Papa Francisco ha trazado un plan para la economía post coronavirus, que aúne a políticos, empresarios, trabajadores y sindicalistas en un proyecto común, y que evite "el consumismo ciego", el aislacionismo y los nacionalismos como 'recetas', en lugar de apostar por la protección a los trabajadores, especialmente a los más vulnerables, y una llamada a la igualdad de la mujer.

En un amplio vídeo mensaje a la 109 asamblea de la Conferencia Internacional del Trabajo, Bergoglio destaca el "momento crucial de la historia social y económica", que "presenta graves y amplios desafíos para el  mundo entero", ante la que es preciso "seguir ejerciendo un "especial cuidado" del bien  común". "Aquí hace también falta una reforma del modo económico,  una reforma a fondo de la economía. El modo de llevar adelante la economía tiene que ser diverso,  también tiene que cambiar".

La realidad es tozuda: "muchos de los trastornos posibles y previstos aún no se han manifestado, por lo tanto, se  requerirán decisiones cuidadosas. La disminución de las horas de trabajo en los últimos años se ha  traducido tanto en pérdidas de empleo como en una reducción de la jornada laboral de los que  conservan su trabajo. Muchos servicios públicos, así como empresas, se han enfrentado a tremendas  dificultades, algunos corriendo el riesgo de quiebra total o parcial. En todo el mundo, hemos  observado una pérdida de empleo sin precedentes en 2020", constata el Papa.

No a los hermanos 'desechables'

Frente a ello, Francisco apuesta por "evitar las pasadas fijaciones en el beneficio, el aislacionismo y el nacionalismo, el  consumismo ciego y la negación de las claras evidencias que apuntan a la discriminación de  nuestros hermanos y hermanas “desechables” en nuestra sociedad".

"Por el contrario -añade-, busquemos soluciones que nos ayuden a construir un nuevo futuro del trabajo fundado en condiciones laborales  decentes y dignas, que provenga de una negociación colectiva, y que promueva el bien común, una  base que hará del trabajo un componente esencial de nuestro cuidado de la sociedad y de la  creación".

"Estamos llamados a dar prioridad a nuestra respuesta hacia los trabajadores que se encuentran en los márgenes del mundo del trabajo y que  todavía se ven afectados por la pandemia del COVID-19: los trabajadores poco cualificados, los  jornaleros, los del sector informal, los trabajadores migrantes y refugiados, los que realizan lo que  se suele denominar el “trabajo de las tres dimensiones”: peligroso, sucio y degradante, y así  podemos seguir la lista", enumeró el Papa. 

¿Qué podemos hacer? Francisco trazó algunas respuestas. "En primer lugar, es misión esencial de la Iglesia apelar a todos a trabajar conjuntamente, con  los gobiernos, las organizaciones multilaterales y la sociedad civil, para servir y cuidar el bien  común y garantizar la participación de todos en este empeño", con un objetivo claro: "Nadie debería ser dejado de lado", añadió, apostando por un diálogo basado en la igualdad de derechos y deberes entre todas las partes.

"Sindicarse es un derecho"

En segundo lugar, "garantizar que todos obtengan la protección que necesitan según sus vulnerabilidades: enfermedad, edad, discapacidades,  desplazamiento, marginación o dependencia" para lo que hay que apoyar "los sistemas de protección social", así como el acceso de todos "a los servicios sanitarios, a la alimentación y a las necesidades humanas básicas". Una atención que se convierte en especial en mitad de la pandemia.

Por último, "debe garantizarse la protección de los trabajadores y de los más vulnerables mediante el  respeto de sus derechos esenciales, incluido el derecho de la sindicalización. O sea, sindicarse es un  derecho", clamó Bergoglio. 

Sacrificios "ante el altar del progreso"

Tras denunciar la economía del descarte, "sacrificando a los dejados atrás en el llamado 'altar del  progreso'”, el Papa aboga por "medidas que corrijan situaciones injustas o  incorrectas que afectan a las relaciones laborales, haciéndolas completamente subyugadas a la idea  de “exclusión”, o violando los derechos fundamentales de los trabajadores". 

"Ojalá nos estremezca  profundamente lo que esta ocurriendo a nuestro alrededor. Ha llegado el momento de eliminar las  desigualdades, de curar la injusticia que está minando la salud de toda la familia humana", proclamó el Papa, quien defendió una remuneración justa a los trabajadores, una regulación uniforme aplciable al trabajo "como garantía para los  trabajadores".

Mujeres que lloran por la libertad

Francisco también resaltó que la pandemia ha afectado duramente "a las mujeres de la economía informal, incluidas las vendedoras ambulantes y las trabajadoras domésticas", cuyos hijos "están expuestos a un mayor riesgo para la salud", ya que, sin "guarderías accesibles", deben acompañarlas a sus lugares de trabajo o quedarse en sus hogares sin protección.



"Es muy necesario garantizar que la asistencia social llegue a la economía informal y preste especial atención a las necesidades particulares de las mujeres y de las niñas", dijo.

La pandemia ha puesto de manifiesto "que muchas mujeres de todo el mundo siguen llorando por la libertad, la justicia y la igualdad" y que, aunque ha habido "notables mejoras en el reconocimiento de los derechos de la mujer y en su participación en el espacio público, todavía hay mucho que avanzar en algunos países".

Fte: RD

viernes, 11 de junio de 2021

Urbańczyk: las mujeres sean protagonistas del desarrollo de la familia y la sociedad

 El fortalecimiento de la autodeterminación económica de las mujeres es más necesario que nunca no sólo "para la paz y la seguridad global" sino también y sobre todo para "contribuir a la construcción de la sociedad". Lo afirmó el Observador Permanente de la Santa Sede ante la Osce, en el curso del segundo encuentro preparatorio del 29º Foro Económico y Medioambiental del organismo.


Isabella Piro - Ciudad del Vaticano

No sólo beneficiarias, sino sobre todo protagonistas de su propio desarrollo y del de sus familias y sociedades: eso es lo que deben ser las mujeres. Así lo afirmó monseñor Janusz Urbańczyk, Observador Permanente de la Santa Sede ante la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, con sede en Viena). Ayer y hoy, el prelado intervino, por videoconferencia, en el segundo encuentro preparatorio del 29º Foro Económico y Medioambiental del organismo, centrado en el tema "Promover la seguridad global, la estabilidad y el desarrollo sostenible en el área de la OSCE a través de la autodeterminación económica de las mujeres".

En su primer discurso, pronunciado el 10 de junio en la inauguración de los trabajos, monseñor Urbańczyk recordó que, con la pandemia del Covid-19, "se han hecho más evidentes las continuas desigualdades a las que se enfrentan las mujeres en la región de la OSCE en cuanto a la participación en el mercado laboral, el acceso a la protección social y al empleo de calidad y a tiempo completo, las diferencias salariales, con la consiguiente reducción de los ingresos y las pensiones y el aumento de la pobreza". En esencia, puntualizó el Observador Permanente, las mujeres "se han visto afectadas de forma desproporcionada por la pandemia", porque o bien están empleadas "en trabajos precarios y mal pagados", o bien trabajan "en la economía informal".

Al mismo tiempo, el prelado pidió que se "reconozca ampliamente" que el género femenino realiza "una gran cantidad de trabajo no remunerado", como "el cuidado de niños y ancianos". Y esto "no sólo contribuye al desarrollo económico de cada país", sino que sirve para "sostener los pilares fundamentales de la sociedad y de la nación", permitiendo además a los Estados ahorrar "una cantidad importante" en servicios sociales que de otro modo tendrían que garantizar. En esta línea, añadió monseñor Urbańczyk, el fortalecimiento de la autodeterminación económica de las mujeres es más necesario que nunca no sólo "para la paz y la seguridad global" que la OSCE promueve "a través de la cooperación", sino también y sobre todo para "contribuir a la construcción de la sociedad".

En su segundo discurso, pronunciado esta mañana en la sesión de clausura del encuentro, el representante del Vaticano insistió en la "urgente necesidad de que las mujeres reciban igual salario por igual trabajo; la protección de las madres trabajadoras; la equidad en la promoción profesional; la igualdad de los cónyuges en cuanto a los derechos familiares y el reconocimiento de todo lo que forma parte de los derechos y deberes de los ciudadanos en un Estado democrático". Por ello, señaló el prelado, "es importante que las mujeres sean capacitadas, alentadas y equipadas con las competencias necesarias para contribuir a la economía", en primer lugar "para ganar un salario digno y vital con el que puedan cuidar de sí mismas y de sus familias", y en segundo lugar "para permitir su mayor participación en la sociedad y en la vida política de los países a los que pertenecen".

Además, el Observador Permanente recordó la necesidad de "luchar por una auténtica y verdadera igualdad entre mujeres y hombres en la vida cotidiana, en primer lugar, en la vida familiar", para que "una creciente reciprocidad" pueda conducir cada vez más a la "desaparición de las antiguas formas de discriminación, en nombre de la igualdad de dignidad entre hombres y mujeres".  "Mientras sigan existiendo desigualdades entre los sexos en cuanto a salarios, seguros y seguridad social -concluyó el prelado-, quedará mucho trabajo por hacer".

El segundo encuentro preparatorio del 29º Foro Económico y Medioambiental de la OSCE se celebró en Estocolmo (Suecia), tras el primero, que tuvo lugar en febrero en modo virtual en la plataforma Zoom. Está previsto celebrar un tercer y último encuentro en Praga los días 9 y 10 de septiembre.

11 junio 2021, 14:55