Estimados docentes: Enseñar a pensar. Una frase tan sencilla como esta debería bastar para entender la importancia de incluir Filosofía como curso en toda currícula escolar, sea de Primaria o Secundaria. A pensar en cuestiones que estén de acuerdo a la edad de nuestros alumnos, por supuesto, para entrenar el desarrollo cerebral asociado a las emociones y la formación de opiniones propias, pensamiento crítico, carácter y creatividad.
Muchas veces caemos en el lugar común de considerar que la Filosofía es un asunto demasiado serio, demasiado diferente a la velocidad que exige la tenología, la modernidad. Sin embargo, es necesario comprender que aprender a pensar es lo que nos hace, en suma, seres humanos. Y que necesitamos de todas nuestras herramientas cerebrales para entender el ambiente que nos rodea, las personas con las cuales se relacionan y su propio crecimiento.
No importa cuán rápido avance la tecnología ni que toda la información relevante acerca de qué estudiar y cómo desarrollar nuestras actividades estén publicadas en internet. Es nuestra capacidad para reflexionar, ensimismarnos y entender -o tratar de hacerlo en la medida de lo posible- a los demás la que marcará la diferencia entre una sociedad mecanizada, de reacciones homogéneas y automatizadas; y un colectivo social capaz de comprender el mundo y sus tensiones, con criterio personal y capacidad de introspección que sea suficiente para no dejarse manipular y engañar. Pero sobre todo para estar preparados y resistir los cambios bruscos que propone la vida en todos sus niveles.
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EL DATO
Enseñar a filosofar en el aula, trae muchas ventajas, entre las que se encuentran:
- Permite indagar quienes somos
- Desarrolla el hábito de pensar, ya sea de forma individual o con otras personas
- Lleva a escuchar al otro
- Permite desarrollar habilidades dialógicas reflexivas
- Lleva a la pausa para la reflexión
- Fortalece la inteligencia emocional
- Desarrolla el pensamiento hipotético, crítico y lógico.
- Genera mecanismos de argumentación
- Despierta la curiosidad por las cosas que ocurren y el porqué
- Desarrolla la capacidad de cuestionar la veracidad de los hechos y las afirmaciones
- Mejora el vocabulario, la redacción y la forma de expresar ideas en general.
Es evidente entonces que enseñar filosofía, o mejor enseñar a filosofar a nuestro niños y jóvenes, es vital para la vida, no es una tarea compleja como se creía y si es una manera de llevarlos a comprender el mundo en el que deben vivir y con el que tienen que interactuar.
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