martes, 13 de marzo de 2018

La situación era desoladora pero tenía una razón de ser

por Kerry Ann Beckley, U.K.


Fui concebida en 1974, en un pequeño pueblo llamado Newbury, en Inglaterra. El aborto se legalizó en el Reino Unido en 1967 pero no era tan aceptable ni tan accesible como ahora.

Cuando mi madre quedó embarazada de mí ya tenía otros cuatro hijos que cuidar, y estaba casada con mi padre quien tenía esquizofrenia. Él era extremadamente abusivo con ella, tanto física como mentalmente, golpeándola a menudo, una vez incluso con una cadena.

Tenían problemas económicos y mi mamá no quería traerme al mundo, así que intentó provocarse un aborto con un baño caliente y alcohol pero, obviamente, no funcionó.

Estoy segura de que si el aborto hubiera sido tan accesible como ahora, no estaría aquí para compartir esta historia.
Mi madre es la que me confesó que había intentado abortarme. No sé por qué me lo dijo. Nunca pensé en preguntarle nada porque sabía que ella me amaba y ella hizo todo lo  que pudo por nosotros. Por supuesto, ella cometió errores, algunos enormes, pero al crecer, vi la fortaleza de mi madre y las dificultades que había atravesado en su difícil vida.


Mi papá se suicidó cuando yo tenía 18 meses. Entonces mi madre tuvo otro compañero. Él era violento y horrible con nosotros, pero ella lo amaba. Se divorciaron cuando yo tenía 8 años y yo me alegré mucho. Estaba muy feliz. A partir de ese momento mi madre y yo tuvimos una muy buena relación.

Yo luchaba contra mis problemas de autoestima, motivados por la pérdida de mi padre más que otra cosa y con el sentimiento de que mi padre me había abandonado.

Encontré mi fe cuando mi madre murió. Yo era madre soltera, con un bebé de ocho meses de edad. Mi madre era mi pilar, mi ayuda, mi fundamento, mi aliento. Estaba destrozada por su muerte.

Había caído en las drogas asistiendo a fiestas. Pero, entonces, conocí a un chico.

Después de perder a mi madre, consumí todo tipo de drogas. Mi vida parecía divertida, pero   emocionalmente yo era muy inestable. Mi amigo me invitó a la iglesia un día y me gustó. No me sentí juzgada por nadie allí. Me encanta cantar, así que siempre disfruté de la adoración con la música y ¡todavía lo hago! Me apunté a un curso de Alpha para aprender los fundamentos de Cristo y encontré mi fe. Al principio, quería asegurar mi boleto al cielo para volver a ver a mi madre, pero luego descubrí lo que Jesús había hecho por mí y que Él arreglaría mi quebrantamiento y dolor. ¡Era tan atrayente!

Mi relación con Cristo me ha enseñado que tengo valor y un propósito en la vida, porque Él dio su vida por mí para que yo pudiera ser todo lo que Él quiere que yo sea. Me equivocaba todos los días, pero sé que Su gracia es suficiente y Su misericordia se renuevan cada mañana.

Mi comienzo en este mundo fue increíblemente sombrío y, en aquel momento, ¿quién hubiese intentado  convencer a una mujer en esa situación para dar a luz a su hijo? Mi amigo lo interpretó así: el embarazo de mi mamá (yo) no era el problema sino que la situación de mi mamá era el problema real.

Necesitaba alejarnos de mi papá. Debería haber estado a salvo, debería haber tenido a quien acudir, para ayudarla a superarlo y mi papá realmente debería haber ido a la cárcel o haber cesado en su comportamiento. Ella pensó que no tenía salida, ¡pero eso nunca debe ocurrir!

Un bebé nunca es el problema. Un bebé es una bendición. Las circunstancias y la situación pueden ser un problema enorme, pero se pueden cambiar. Sólo quiero que la gente entienda que un mal comienzo no significa un mal final.

Soy  esposa, madre, madre adoptiva, una voluntaria de la caridad para personas sin hogar, una amiga, una hermana y una voz para el nonato. Estoy viviendo el propósito de Dios para mi vida. Parecía una situación tan sombría, pero yo tenía una razón para existir, ¡como tiene  todo niño que es concebido!

Mi esposo es también un gran apasionado de la defensa del derecho de los no nacidos. Conocí a Paul cuando yo era una adolescente y estaba muy enamorada de él entonces. Nos volvimos a conectar a través de Facebook y nos casamos en 2013. Tenemos tanto respeto el uno por el otro que incluso cuando a veces nos enfadamos, nos reconciliamos rápido y somos muy buenos amigos.

Dado mi propio comienzo, soy una apasionada de los no nacidos y ¡su derecho a la vida! Sólo por defender a los no nacidos, muchos piensan que estoy juzgando a los que han  abortado pero realmente no lo hago. Odio el aborto, pero como amo tanto a mi madre que intentó abortarme, no odio a la gente que lo hace.


BIO: Kerry Ann Beckley es esposa y madre, residente en Reading, Inglaterra. Ella es madre  de acogida  temporal, cantante de adoración en su iglesia, y una bloguera pro vida para Salvar El 1 / Save The 1.
Salvar El 1

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