lunes, 26 de febrero de 2018

Iglesia en diálogo con los jóvenes

7:00 a m| 23 feb 18 (VATN/VN/BV).- ¿Tú voz es escuchada y tenida en cuenta? ¿Qué le pides a la Iglesia? Son ejemplos de las preguntas lanzadas a un grupo de jóvenes de distintas organizaciones españolas, convocados por movimientos juveniles católicos, que dialogaron con libertad sobre algunos temas de su interés. En un espacio distendido, compartieron ideas, opiniones, experiencias, y debatieron sobre diferentes puntos de vista creando un diálogo muy enriquecedor.
La iniciativa se llama “Iglesia en diálogo”, coordinado por la Conferencia Episcopal, y se inspira en las claves que propone la próxima Asamblea del Sínodo, buscando un encuentro con los jóvenes, especialmente con los más alejados de la fe. Por otro lado, se reportan nuevos avances en los previos de la Asamblea. Se presentó de manera oficial la reunión preparatoria de marzo, que contará con la presencia de más de 300 millenials de todo el mundo.
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¿Tu voz es escuchada y tenida en cuenta?
Interesantes son las respuestas de este grupo de jóvenes que participaron en la primera sesión de “Iglesia en Diálogo”. A la pregunta ¿tu voz es escuchada y tenida en cuenta?, estos jóvenes respondían así:
  • “Si no estás en un mundo asociativo tu voz no se escucha ni es tenida en cuenta”.
  • “Considero que las organizaciones tienen dos niveles, jóvenes y el resto; a la parte de juventud si se le escucha, pero no se le tiene en cuenta. Se nos encasilla en un área para que ahí estemos, pero sin capacidad de que nuestras propuestas influyan y tengan un impacto en las instituciones”.
  • “Existe una infantilización de la juventud por parte de las personas adultas”.
  • “Creemos que las distintas instituciones dinamizadas por personas adultas tienen miedo a escucharnos, miedo a nuevos planteamientos algo más dinámicos, revolucionarios, llamativos y con nuevos formatos. Por lo que no hay relaciones de igualdad y más si eres joven y mujer”.
Pasando a un segundo bloque, este grupo de jóvenes expresaba sentimientos de frustración, desmotivación, enfado, falta de conocimiento y muchos prejuicios hacia la juventud cuando se les preguntaba cómo se sentían cuando no eran escuchados. Sentimientos opuestos cuando sí que había espacios donde pudieran sentirse escuchados, tenidos en cuenta y valorados.
Continuaban compartiendo que, esos espacios de escucha, debían de ser espacios donde se sintieran seguros, en confianza, donde no se sintieran juzgados, para que así sus aportaciones no generen conflicto y sean bien recibidas, no cuestionadas con dureza. Además, destacaban que a la hora de expresarse, las redes sociales les provoca un sentimiento de libertad a la vez que censura.
“Una gran dicotomía en la Iglesia”. Así expresaba uno de los jóvenes su experiencia y contacto con la institución. “Con curas y parroquias de base sí hay buena relación. Pero los portavoces de la Iglesia se acercan a los jóvenes desde la imposición de reglas. A veces parece que hay como dos Iglesias dentro de una, que están muy separadas una de otra. Mientras que con una (movimientos, parroquias y cristianos de base) se puede dialogar y hacer cosas en común, con la parte más institucional, el acceso es lejano e inaccesible para dialogar”, agregaba.
Por otra parte, se tenía una valoración muy consensuada sobre el contacto a través de experiencias pequeñas, sencillas y con personas concretas, ayudando a descubrir esa eclesialidad y espiritualidad. A través de estos encuentros que, aunque las motivaciones de cada uno provienen de fuentes diferentes, se sentían en armonía y comunión sabiendo que caminamos hacia un mismo horizonte.
¿Qué le pedirías a la Iglesia?
Aún más concretos y entusiastas fueron a la hora de pedir y hacer propuestas a la Iglesia:
  • “Pedimos que la parte de la Iglesia que sentimos más alejada se baje de las alturas y se posicione de igual a igual, siendo más fácil el diálogo y la comprensión mutua”.
  • “La Iglesia tiene que ser capaz de difundir lo mejor que tiene con un lenguaje y formato accesible, divertido y atrayente para la juventud”.
  • “Que nos escuchen de tú a tú y no en una relación paternalista y maternalista. Ya que la Iglesia la construimos entre todos”.
  • “Ante esa dicotomía, hacer estos espacios de diálogo con la Iglesia jerárquica”.
  • “Una Iglesia que no se acerque a los jóvenes de una manera moralista y dogmática”.
  • “Visibilizar y dar mayor importantica al papel de la Doctrina Social de la Iglesia. Recurso poco tenido en cuenta siendo una herramienta tan útil para unir la Iglesia con la sociedad”.
  • “Una Iglesia basada en la vida de las personas, encarnada en los problemas del día a día”.
  • “Que cuenten verdaderamente con nosotros (movimientos y personas civiles), desde una verdadera fraternidad sintiendo que queremos trabajar por lo mismo”.
  • “Una Iglesia que pase de la doctrina y el culto, a la espiritualidad y la acción”.
Podemos decir que este espacio de diálogo abierto, cercano y en un formato más desenfadado junto a otros jóvenes, generó un ambiente de enriquecimiento mutuo, donde los prejuicios, que llevamos en nuestra mochila, fueron poco a poco comprendidos, lo que hizo acercar ciertas posturas.
Jóvenes abiertos a descubrir, a valorar, a proponer y a cuestionar. Cuenten con nosotros, escúchennos, téngannos en cuenta, porque nuestra voz es importante… y no tengan miedo a lo novedoso. ¡Dejémonos de prejuicios! Estamos preparados y deseosos de poder trabajar conjuntamente para seguir construyendo un mundo más justo donde todas las personas tengamos nuestro lugar con dignidad dentro de él.

Un Sínodo “de” los jóvenes, no solo “sobre” los jóvenes
Cuenta atrás para el Sínodo de los jóvenes de octubre. La Santa Sede presentó el llamado presínodo, una fórmula preparatoria de la que no se echaba mano desde hace cinco lustros, en la que participarán 300 millennials de los cinco continentes y que se celebrará en Roma del 19 al 24 de agosto.
“El próximo Sínodo de Obispos quiere ser, de hecho, no solo un Sínodo ‘sobre’ los jóvenes y ‘para’ los jóvenes, sino también un Sínodo ‘de’ jóvenes ‘y’ jóvenes”, sentenció esta mañana en rueda de prensa el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Secretariado del Sínodo de los Obispos. En sus manos están las opiniones vertidas por los 221.000 participantes en el cuestionario online que el Vaticano puso en marcha para que los jóvenes expresaran sus inquietudes sobre cómo se ven a sí mismos, cómo ven al mundo y a la Iglesia. A estos formularios se unen las conclusiones de los informes elaborados por los Episcopados de todo el planeta.
En un primer avance del perfil de quienes han colaborado en esta macroencuesta, la mayoría son jóvenes entre 16 y 19 años. Por continentes, el más representado es Europa, con el 56,4%, seguido de América Central y del Sur con el 19,8% y África con el 18,1%.
Entender su situación
Sin embargo, Baldisseri no se conforma solo con estos cuestionarios sino que busca que los jóvenes sean protagonistas a través de la reunión presinodal. “Escucharemos a los jóvenes “en vivo”, para tratar de entender mejor su situación”, explicó el cardenal que anunció que se dará voz a quienes viven en todo tipo de periferias, esto es, a los más alejados también de la Iglesia para poder elaborar una radiografía de la juventud “a 360 grados”.
La Santa Sede buscará que este presínodo no solo se celebre entre los muros vaticanos, sino que de forma simultánea se pueda participar a través de las redes sociales. “Los jóvenes de hoy usan la red y, en particular, las redes sociales como un “areópago” natural para reunirse, comunicarse y expresar sus opiniones”, expresó el purpurado. Así, todo lo que se ponga sobre la mesa en este encuentro de marzo, en el que tomarán parte dos jóvenes españoles, se le entregará en forma de documento al Papa que formará parte del “Instrumentum laboris” sobre el que debatirán los obispos convocados en octubre.
Ser felices hoy
“Del Sínodo espero valiosas palabras de aliento que nos propongan cómo podemos ser felices hoy en medio de un mundo exigente y competitivo que parece no dejar espacio para las dimensiones humanas y las relaciones auténticas”, comentó Filippo Passantino, joven italiano que ha participado a lo largo de estos meses en diferentes iniciativas para involucrar en el Sínodo a través de Facebook, Twitter o Whatsapp, generando foros de debate virtuales.
“Para poderse acercar a los jóvenes, la Iglesia ya está utilizando las herramientas que más usamos: las redes sociales”, añadió Stella Marilene Nishimwe, una joven de Burundi, que mostró su alegría por el paso adelante dado por la Santa Sede: “La pelota está en nuestro tejado. En este Sínodo hablaremos de nosotros, seremos los protagonistas”.

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