miércoles, 21 de febrero de 2018

Normas de comportamiento en la Misa según el Papa Francisco


Enlace Católico.- El papa Francisco quiere en los templos católicos las puertas siempre abiertas, cercanía, Jesús no tenía horarios, por eso les compartimos algunos puntos clave de lo que el papa ha hecho en estos años de pontificado:
Misa sin prisa: “Cuando celebréis la misa, reconozcan por tanto lo que hacen. ¡No lo hagan de prisa! Imitad lo que celebran —no es un rito artificial, un ritual artificial— para que de esta manera, al participar en el misterio de la muerte y resurrección del Señor, lleven en ustedes la muerte de Cristo y caminen con Él en una nueva vida” (26. 04. 2015 – Homilía ordenaciones sacerdotales)
No homilías aburridas. “Que sus homilías no sean aburridas; que sus homilías lleguen precisamente al corazón de la gente porque brotan de su corazón, porque lo que ustedes les digan es lo que tienen en su corazón. Así se da la Palabra de Dios y así su doctrina será alegría y sostén para los fieles de Cristo”. (26. 04. 2015 – Homilía ordenaciones sacerdotales).
Silencio. “Y cuando nosotros vamos a misa, quizá llegamos cinco minutos antes y empezamos a hablar con este que está a nuestro lado. Pero no es el momento de hablar: es el momento del silencio para prepararnos al diálogo. Es el momento de recogerse en el corazón para prepararse al encuentro con Jesús. ¡El silencio es muy importante!” (Audiencia General 15.11.2017).
Párrocos disponibles: “Jesús no abre una consultoría espiritual con un cartel. ‘El profeta recibe los lunes, los miércoles y los viernes de las 3 a las 6. La entrada cuesta tanto o, si quieren, pueden dejar un donativo’. No, no hace así Jesús. Tampoco abrió una consulta médica con el cartel “Los enfermos vengan tal día, tal otro, y serán curados”. Jesús se mete en medio del pueblo” (Homilía de Santa Marta 30.01.2018).
Buenos lectores. Instó a buscar buenos lectores para la Eucaristía. “No esos que leen “ñeñeñe” y no se entiende nada […] Ellos deben hacer pruebas antes de la Misa”. Y esto crea “un clima de silencio receptivo, sabemos que esto favorece la experiencia del diálogo” con Dios.
Poner en práctica. “La Palabra de Dios hace un camino dentro de nosotros, la escuchamos con los oídos, pasa al corazón, no se queda en los oídos, deber ir al corazón, y del corazón pasa a las manos, pasa a las obras buenas” (Audiencia General 31.01.2018).
Misa del domingo. “Por desgracia, para muchos la Misa del domingo ha perdido sentido, piensan que basta ser buenos y amarse. Esto es necesario, pero no es posible sin la ayuda del Señor, sin obtener de Él la fuerza para conseguirlo” (Audiencia General 13.12.2017).
Servicio gratuito. “Cuántas veces con tristeza entramos en un templo; pensemos en una parroquia – pensemos – y no sabemos si estamos en la casa de Dios o en un supermercado. Hay comercios, incluso una lista de los precios para los sacramentos. Falta la gratuidad. Y Dios nos ha salvado gratuitamente, no nos hizo pagar nada”.
Sin horarios. “El siervo rebasa los horarios. A mí me parte el corazón cuando veo un horario en las parroquias: ‘de tal hora a tal otra’. Y después, la puerta está cerrada, no está el sacerdote, no está el diácono, no está el laico que recibe a la gente… Esto hace mal. Ir más allá de los horarios: hay que tener la valentía de rebasar los horarios. Así, queridos diáconos, viviendo en la disponibilidad, vuestro servicio estará exento de cualquier tipo de provecho y será evangélicamente fecundo”. (29.05.2016- Jubileo de los diáconos).
Nada de teléfonos. “El sacerdote que preside la celebración dice: ‘levantemos el corazón’. No dice: «¡Levantemos nuestro móviles para hacer una fotografía!». ¡No, es algo feo! Y les digo que a mí me da mucha pena cuando celebro aquí en la plaza o en la basílica y veo muchos teléfonos levantados, no solo de los fieles, también de algunos sacerdotes y también obispos. ¡Pero por favor! La misa no es un espectáculo: es ir a encontrar la pasión y la resurrección del Señor” (Audiencia General 8.11. 2017).
Orar, no como papagayos. “En nuestra relación con el Señor,  en la oración, ¿estamos asombrados o pensamos que orar es hablar a Dios como hacen los papagayos? ¡No, es confiarse, abrir el corazón para dejarse maravillar!”. “Rezar es ante todo un diálogo, una relación personal. El hombre ha sido creado para este encuentro con Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, relación perfecta de amor y unidad” (Audiencia General 15.11.2017).
Participar en la Eucaristía. “Para el cristiano es vital participar en la Eucaristía, especialmente el domingo, puesto que nos permite unirnos a Cristo, tomando parte de su victoria sobre la muerte y gozar de los bienes de la resurrección”. (Audiencia General 22.11.2017).
La Misa como alimento. El Papa enseña que la Eucaristía es también alimento para las relaciones interpersonales y sociales: “El Señor Jesús nos quiere comunicar en la Eucaristía su amor pascual para que podamos amar a Dios y a nuestro prójimo como él nos ha amado, entregando su propia vida”. (Audiencia General 22.11.2017).
Alegría. Nada de cara de ‘vinagre’ o de ‘funeral’ en la iglesia y en el mundo. “ ‘Levántate’. Ese ‘levántate’ de Jesús a los enfermos: ‘Levántate, ve, grita de alegría, alégrate, exulta y aclama con todo el corazón”. Y recuerda: “Por favor seamos cristianos gozosos, hagamos todos los esfuerzos para hacer ver que creemos que hemos sido redimidos, que el Señor nos ha perdonado todo” (21.12.2017 – Homilía de Santa Marta).
Nada de cotilleo. “¡Mira el sombrero rojo que lleva ella, es ridículo! ¡Eh! ¿Es verdad esto? ¿Se deben hacer comentarios mientras se lee la palabra de Dios? – ¡No! – Porque si tu chismorreas con la gente no escuchas la palabra de Dios”. “Cuando se lee la palabra de Dios en la Biblia, […] debemos escuchar; abrir el corazón porque es Dios mismo quien nos habla. Y no pensar o hablar de otras cosas. ¿Entendido?” (Audiencia General 31.01.2018).
Palabra. En la Misa, el Papa pide no sustituir los textos bíblicos con otros. “He escuchado que se lee el periódico”. Francisco amonestó esa decisión que está prohibida por la Iglesia: “La palabra de Dios es la palabra de Dios. El periódico lo podemos escuchar después, pero ahí se lee la palabra de Dios. El Señor es quien nos habla”. “Sustituir esa palabra con otras cosas, empobrece y compromete el diálogo de Dios con su pueblo en oración” (Audiencia General 31.01.2018).

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