
Establecer límites sanamente a los niños para una educación eficaz
Toca todo, se enojan y empiezan los berrinches. El típico comportamiento en la niñez, por eso esta etapa es importante para mostrarle confianza pero marcando a la vez límites de lo que no está no estará permitido.
La necesidad de poner límites
Los niños de todas las edades necesitan control y orden. Como no pueden gobernarse a sí mismos todavía, verse sin control los asusta. Los límites que los padres fijan son para ellos puntos de referencia y de apoyo seguro, que le darán confianza mientras exploran y crecen.
Poner límites o disciplinar no debe estar asociado a “reglas” o castigos. La palabra “disciplina”, en realidad, está derivada de un término latino que significa “educación”. Por eso, las conductas que cada familia tome como normas de convivencia para marcar los límites deben estar guiadas por el deseo de hacer un bien para sus hijos. Es importante que el niño sienta cada “no” que sigue siendo amado por sus padres, aun cuando su conducta sea censurada en ese momento, Una forma de distinguir estas dos cosas es evitar frases que, en lugar de marcar la negatividad del acto, rotulan al niño: no decirle “fuiste malo” sino “hiciste esto mal” por ejemplo.
La constancia es importante. Si hoy está prohibido subirse a un mueble, pero mañana se le permite; si lavar las manos era obligatorio un día pero otro no, el niño aprender que no hay orden en el mundo que lo rodea. Si los papás no son coherentes cada día, el niño no creerá en las nuevas órdenes que se le den. Tener en cuenta que la memoria de los niños es muy limitada. Es preciso repetirle las órdenes para que los “si” y los “no” queden fijados. Y no sobrecargarlo de negativas, para no frustrar su independencia.
Por otro lado, los límites deben ser flexibles según el paso del tiempo: no es lo mismo un límite para un niño de 3 años que el que le colocamos a uno de 7 o 10 años, o de mayor edad. Los límites deben ser modificados a medida que el niño crece y gana autonomía. Pero si los límites carecen de firmeza y son modificados a cada rato, le estarás enseñando al niño que, insistiendo, todos los límites son negociables y por lo tanto puede hacer lo que le plazca.
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Trucos para poner limites a los hijos de manera efectiva
– Tienes que ser objetiva:
Cuando impartas disciplina (con amor) no vale de nada expresarle a tu hijo/a frases como: “pórtate bien”, “no hagas caso a eso”… porque los niños no saben identificar lo que es bueno y lo que es malo. Para lograr objetividad basta con hablar en frases cortas y fáciles de entender, por ejemplo: “Mi amor lleva tus zapatos a tu cuarto”, “termina la tarea y podrás salir a jugar”.
– Dale opciones:
Si necesitas que tu niño se bañe, pregúntale si desea que le ayudes o si lo hará solo. Al darle opciones a escoger, el pequeño “creerá” que tiene el control y la libertad. Evitarás que te desobedezca porque le impusiste una tarea.

– Hablar sin alzar tu voz:
Por más cólera que tengas porque tu hijo no cumplió con sus responsabilidades, no le grites. Aunque no lo creas, los límites emitidos con un rostro suave y con voz suave le darán a entender que no tiene otra salida que obedecer.
– Dale órdenes en forma positiva:
“Mi amor me ayudas a recoger los platos de la mesa, por favor”, es muy distinto a decir: “¡mi amor lleva los platos a la pila ya!”. Todas las indicaciones deberás expresarlas con amor.
-No incumplas tus propios límites:
Las normas las imponen y son para cumplirse. Si designas que el horario de almorzar es a las 12 del mediodía, tu hijo deberá sentarse en la mesa y comer en familia a esa hora. No es aceptable que antepongas lo que él desea.

– Ofrecerle siempre explicaciones:
Educar en valores implica explicarle a los niños por qué existe la corrección, las consecuencias o los límites. Responder con un “porque si” no es válido. Dale una explicación en pocas palabras: “no tires la comida porque hay muchos niños que no tienen que comer”, “deja de decir malas palabras porque mamá se pondrá muy triste”…
– “No eres malo”:
Al ser madre necesitas aprender a decirle a tu hijo que él no es malo, su mala conducta sí. Nunca rechaces a tu pequeño por una travesura o mal comportamiento.
Cuida tu temperamento:
Mamá no dejes que tu enojo o falta de control te hagan cometer una injusticia. Primero cálmate, respira profundo y, luego, corrige con disciplina positiva. No te causes dolor a ti misma. Evita pegarle o gritarle a tu hijo, pero mantén tu firmeza como mamá.
Es importante tener en cuenta que los límites que los padres establecen, les dan seguridad a los niños,incluso si éstos se rebelan en contra de ellos, porque los límites son la estructura, y ésta mantiene segura a la familia.
Referencia del articulo publicado en GuiaInfantil.com: Cómo aplicar límites a los niños.
D.R.
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