viernes, 2 de noviembre de 2018

La amazonía pierde 20 por ciento de selva por la deforestación: WWF

La Amazonia perdió 50 mil kilómetros cuadrados de bosques en los últimos 7 años
Deforestación
Según el más reciente Informe Planeta Vivo 2018, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), ONG de defensa del medio ambiente, alertó sobre la disminución de selva amazónica por la deforestación. Desde 1970 se ha reducido en un 20% la Selva Amazónica y en un 50% la Serranía, biomas bastante representativos del país, dice el estudio realizado por 50 investigadores en todo el mundo con base en investigaciones de 19 organizaciones.
La reducción de las áreas verdes tiene una implicación directa en la vida de las especies, pues aumenta aún más la lista de aquellas que están amenazadas de extinción, agrega.

El informe actual, que trae un escenario desolador, confirma una curva de desgaste ambiental que se viene acentuando en los últimos años.

La WWF divulga el informe cada dos años. En esta edición, el levantamiento cita animales brasileños entre los amenazados en función de esa pérdida de ambiente natural. En la lista están la jandaia amarilla (Aratinga solstitialis), el tatu-bola (Tolipeutes tricinctus), el uacari (Cacajao hosomi), el boto (Inia geoffrensis) y el muriquí del sur (Brachyteles aracnoides).

En el caso de los botos, la explotación se considera involuntaria: los animales terminan siendo atrapados en redes de pesca, aunque no sean objeto de pesca predatoria.

De acuerdo con la WWF, que monitorea, desde 1970, 16.704 poblaciones animales, la declinación de poblaciones de vertebrados en el período en todo el mundo es del 60% - mamíferos, peces, aves, reptiles y anfibios. De allí para acá, hubo una disminución del 83% de las poblaciones de agua dulce. En el caso de los mamíferos, la reducción total fue del 22%.

A efectos comparativos, entre 1970 y 2010, esta disminución fue del 52%. Es decir: no estamos consiguiendo contener el estrago, o al menos recuperarlo. Uno de los ejemplos más críticos traídos por el informe es la población de elefantes en Tanzania, que ha reducido en un 86% desde los años 1970.

Para que se recupere por sí misma del estrago causado por la humanidad, la naturaleza necesitaría 6 millones de años, dice el documento.

En los trópicos, principalmente en las Américas Central y del Sur, el deterioro del ecosistema es aún más grave - con reducción del 89% de esas poblaciones.

La región entre los trópicos es donde está la mayor parte de la vida del planeta, justamente por la cuestión climática. Al mismo tiempo, es en esta franja donde están también las mayores áreas de uso de suelo y de los recursos naturales - las áreas cultivadas para la producción de alimentos.

En los últimos 7 años la Amazonia perdió 50 mil km² de tierra. La deforestación para el uso intenso de la tierra ha afectado drásticamente los ecosistemas del planeta, añade el informe.

Según la WWF, la tasa de extinción de las especies hoy - número que indica el riesgo de desaparición de las mismas - es de 100 a 1.000 veces mayor de lo que era antes de que las actividades humanas comience a alterar la biología y la química del planeta.

Esto significa que la Tierra vive su sexto proceso de extinción en masa en los últimos 500 millones de años. Esta vez, el culpable es una especie que habita el planeta - los humanos.

"Preservar la naturaleza no es sólo proteger a los tigres, pandas, ballenas y animales que apreciamos. "Es mucho más: no puede haber un futuro sano y próspero para los hombres en un planeta con el clima desestabilizado, los océanos sucios, los suelos degradados y los bosques vacíos, un planeta despojado de su biodiversidad", declaró el director general de WWF , Marco Lambertini.
Ambientes brasileños

En junio, datos divulgados por el Ministerio de Medio Ambiente indicaban que la devastación de la Serranía, la sabana brasileña, era un 60% más que la pérdida en la Amazonia en los últimos siete años. En total, fueron 80 mil km² de tierras devastadas, contra 50 mil km² de la Amazonia.

La deforestación ocurrida en Brasil ha afectado, de acuerdo con el WWF, no sólo la vida de los animales, sino también la oferta de agua dulce - lo que ayuda a explicar las recurrentes crisis hídricas que han ocurrido, como la que dejó en riesgo el abastecimiento de la región Sudeste en los últimos años.

SIGNIS ALC

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