El alcalde de Lima, Luis Castañeda y sus allegados han asegurado en todo momento que dejan una comuna saneada, con cuentas en azul y con “la valla alta” para el alcalde electo Jorge Muñoz, que tendrá obras para “inaugurar cada cuatro días”.
Sin embargo, los números no son tan positivos como señalan los solidarios y más bien comprueban que esta ha sido la peor gestión de Luis Castañeda Lossio en los tres períodos (con una interrupción) que ha tenido al frente del municipio capitalino.
Un informe de Cuarto Poder reveló que a la fecha, la Municipalidad de Lima tiene una deuda de 1,788 millones de soles. La Ficha de Análisis Multianual de Gestión Fiscal del Ministerio de Economía y Finanzas, emitida este año consigna información financiera de la Municipalidad al cierre del 2017 y detalla que dicho monto significa un incremento de 222.4% con respecto al 2016.
Al respecto, el diario Gestión señalaba que dicho documento revela que la comuna solidaria no cumplió “con la regla fiscal del saldo de deuda total (SDT), registrando un saldo de deuda de 141%, con respecto al promedio de sus ingresos corrientes totales”. Con esto se genera un déficit económico de S/ 7,098 millones. Déficit que será arrastrado para el próximo año, con un presupuesto que -terminada la bonanza de los Juegos Panamericanos- no sobrepasa los 1,200 millones de soles.
Bomba de tiempo
Así las cosas, el nuevo alcalde de la comuna metropolitana, Jorge Muñoz ha dejado de lado su rostro sonriente de la campaña para dar paso a un gesto adusto que revela una honda preocupación, y es que una cosa es manejar un distrito con un presupuesto de por sí reducido pero aparentemente suficiente, que afrontar un municipio capitalino de casi 9 millones de habitantes y con un presupuesto que no va a alcanzar para nada de lo previsto en la campaña.
A esto hay que sumarle las complicaciones administrativas y judiciales que significa el contrato extraño del Metropolitano que le da una serie de facilidades a los concesionarios para aumentar el costo de los pasajes, sin que esto pueda ser detenido de forma consistente por la autoridad municipal y con laudos arbitrales perdidos por la comuna, por un monto de 400 millones de soles (Este artículo del expresidente de Protransporte, Gustavo Guerra García, es bastante elocuente).
Además entran al paquete los peajes concesionados en Línea Amarilla y Rutas de Lima, que también suben el costo bajo amenaza de procesos judiciales contra la Municipalidad si se les obliga a recular en las alzas. Obras inconclusas en la Costa Verde, puentes desplomados que no han sido refaccionados, pistas sin refaccionar y centenares de trabajadores que deben ingresar a planilla tras decisiones judiciales justas, pero que se chocan con un presupuesto -como ya hemos visto- bastante reducido.
Lo que viene y lo que faltó
El tercer gobierno municipal de Castañeda culmina con un porcentaje de aprobación tres veces más bajo que al inicio, solo el 30% respalda su labor. Cifras duras para alguien que se jactaba de tener apoyo porque “hablaba con obras”.
Marité Bustamante, ex regidora metropolitana y vocera de la iniciativa ciudadana “Habla Castañeda” considera que a la gestión Castañeda “le faltó todo lo que exige un buen gobierno: planificación, participación y transparencia. Estos 4 años hemos vivido en el gobierno de los intereses privados: las mafias del transporte, las constructoras, los políticos corruptos”.
Por su parte Cynthia Yamamoto, experta en transporte y representante del colectivo “Ciudadanos de a pie” coincide con Bustamante en que la falta de planificación del alcalde de Lima ha marcado su gestión.
“Se abandonó el Plan 2035, se evitó continuar con la línea del Metropolitano y la adecuada implementación de los corredores complementarios”, señaló en diálogo con Otra Mirada.
Para el regidor Hernán Núñez, hay una serie de denuncias e irregularidades que han marcado estos cuatro años. Además existe una falta de trabajo en “obras de prevención de riesgos, que Castañeda no quiso continuar porque fueron propuestos y avanzados por la gestión anterior”.
En lo que coinciden los tres entrevistados es que Jorge Muñoz deberá tomar acciones urgentes en diversas materias. Bustamante asegura que el alcalde de Acción Popular debe “devolver el gobierno de Lima a los ciudadanos, ejecutar consultas que culminen en un plan a futuro para Lima, haciendo que sea el gobierno de todos y no el gobierno de unos pocos”.
En el caso de Yamamoto, lo importante para Muñoz debe ser “revisar todas las obras de infraestructura innecesarias, como el cuarto carril en la avenida Benavides, los puentes sobre la Vía Expresa en Surquillo y Miraflores, además de revisar los contratos del Metropolitano, los peajes, y la reforma de transporte”
Finalmente, Núñez considera que se debe cumplir las sentencias judiciales que repone a los trabajadores de limpieza y revisar el tema de los cambios de zonificación.
Aparentemente la “Limaflores” de Muñoz deberá esperar por un buen tiempo. Hay cosas urgentes que resolver y que gracias a Luis Castañeda, dejan a la ciudad en una condición realmente pésima.
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