Creemos
que las organizaciones y movimientos sociales deben ser protagonistas
en los debates vinculados con el desarrollo social, económico y cultural
de nuestros pueblos. Una activa participación coloca diversidad de
ideas allí en donde muchxs pretenden un pensamiento único basado en la
exclusión de millones. Los recientes cambios políticos en la región nos
ponen en estado de alerta y movilización permanente.
Necesitamos
debates serios y profundos sobre cómo financiamos nuestras escuelas,
nuestros hospitales, nuestra investigación científica, así como saber
qué y cuántos recursos son necesarios para construir sociedades más
justas y equitativas.
¿Hablar de reformas siempre es positivo?
No
todas las reformas tributarias que se han planteado históricamente en
la región tienen carácter progresista, es decir que no todas buscan que
paguen más quienes más tienen. De hecho, muchas de ellas aún continúan
beneficiando a determinados sectores concentrados de la economía.
Lamentablemente, todo indica que esta es la norma: beneficios
tributarios, privilegios al gran capital, con la consecuencia de que el
gasto tributario que enfrentan las economías de los países de la región
no se traduce en creación de empleos, tampoco en un alza en la
recaudación de impuestos a las ganancias, a la renta.
El
fraude corporativo se traduce en maniobras de elusión fiscal, mecanismos
“legales” inmorales de los que se valen las grandes corporaciones para
evitar el alcance de los fiscos de la región. La evasión fiscal, delito
de cuello blanco que golpea sistemáticamente el erario público,
mediante la utilización de guaridas fiscales, jurisdicciones del secreto
en donde se resguarda el dinero sucio producto también de la acción
criminal y en menor medida de la corrupción política. Para esto, se
valen de diversos mecanismos que se han denominado “planificación fiscal
agresiva”, como los precios de transparencia, la capitalización
delgada, entre otros, que para lo único que sirven es para deslocalizar
las ganancias y así poder desviar o maquillar las cifras y decir que no
se pagará impuesto sobre las rentas porque no ha habido ganancias.
Cuando
hablamos de justicia fiscal, cuando hablamos de reformas de los
sistemas fiscales estamos necesariamente hablando de poder. En este
sentido vemos cómo las elites del poder corporativo global, los grandes
bancos, las grandes firmas de auditoría contable llevan adelante
diferentes estrategias para convertir sus intereses sectoriales en
aparentes intereses de carácter nacional, regional.
La tan
presente y comprobada “puerta giratoria”, los “anfibios” como se los
conoce en Brasil, son los funcionarios que vuelven operativo un sistema
que está diseñado para ocultar lo que no son tecnicismos o errores de
gestión en muchos casos, sino un robo institucionalizado. O un saqueo
corporativo, si prefieren.
Nuestra América tiene la mitad
de la mal llamada “presión tributaria” de los países de la OCDE. Un 17%
ante el 34%. Este es un dato objetivo que nos da la pauta del
aplazamiento que estamos teniendo respecto de la necesidad de plantear
reformas progresistas que empujen la recaudación de impuestos sobre la
renta por sobre los impuestos indirectos. Que pongan sobre la mesa de
debate la necesidad de un sistema fiscal que exija que pague más quien
más tiene y para eso necesitamos Estados fuertes.
Cambiar algo para que nada cambie
América
Latina es desigual, históricamente. Esta verdad evidente y trágica da
cuenta del comportamiento de las elites desde la colonia hasta nuestros
días. Si queremos vivir como en los países nórdicos tenemos que tener
impuestos de países nórdicos. Luego vendrá la discusión de prioridades
nacionales de inversión, etc. Pero es clave reformar el sistema
tributario para volcarlo en función de las necesidades de nuestros
países.
Lamentablemente esto no ocurre. En el caso
brasileño, el equivalente al 12,8% del PIB se transfiere a las clases
más acomodadas por la vía de las exenciones fiscales. “Es claro que
terminar con estos privilegios descansa sólo en decisiones políticas”,
advierten desde el Instituto de Estudios Socio-económicos de Brasil.
Según
la Red de Justicia Tributaria de Colombia, desde 2016 “no se toca ni
uno de los beneficios tributarios de los cuales gozan las empresas y que
hoy le cuestan a los colombianos cerca de USD 4.567 millones”, según
datos de la DIAN.
La estructura tributaria del Paraguay,
enfocada en gran parte hacia la recaudación de los impuestos indirectos,
hace de este país mediterráneo uno de los países con menos carga fiscal
sobre las grandes riquezas. El impuesto a la renta representó solo el
3.2% del total de lo recaudado para el año 2015.
Claro que
podemos hablar de reformas puntuales y concretas, pero también de
procesos que desembocan en crisis, generadas por estas dinámicas
fiscales de evasión y elusión, y que transforman un aparente conflicto
“normativo” o “legal” en una amplia movilización popular que gana las
calles de una Costa Rica cansada de la lógica neoliberal de la reducción
de impuestos para la llegada de inversiones. De la misma manera que
Paraguay, Costa Rica basa su esquema tributario en impuestos regresivos,
“el 64% del total recaudado proviene de impuestos indirectos al
consumo, y específicamente el Impuesto de Ventas (IV) representa un 41%
del total recaudado”, alertan desde La Comisión Nacional de Enlace.
En
una lógica similar de reducción de impuestos y de concesiones al gran
capital, Argentina inició un proceso de ajuste de las cuentas públicas
marcado por despidos, desinversión, austeridad que sólo pagará la clase
trabajadora. El acuerdo reciente con el FMI pone a Argentina en la
carrera por la reducción de su déficit fiscal. En ese marco, la reforma
tributaria era un condimento esencial para atraer inversiones. “En una
economía en recesión no se recauda lo suficiente para afrontar los
gastos corrientes del Estado y si además se llevan adelante medidas para
reducir aún más la base recaudatoria, el cóctel es altamente
perjudicial”, relatan desde Fundación SES. “La cobertura de ese déficit
es corregida por el endeudamiento creciente que ya alcanza casi el 70%
del PIB, el porcentaje más alto en 12 años. Toda una bomba de tiempo”,
concluyen.
Siempre hay otras opciones
Si
queremos economías pujantes, servicios públicos de calidad, empleo de
calidad y seguridad social inclusiva, es necesario un sistema fiscal
acorde a los objetivos. Poner un freno a la voracidad del capital
transnacional es condición fundamental para recuperar la soberanía
económica y financiera de nuestros países, para recuperar el discurso de
lo político por sobre lo aparentemente técnico.
Pretendemos
que la agenda regional y global por justicia fiscal se centre en ejes
que desde la Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe
consideramos clave: un control fiscal exhaustivo sobre las empresas
transnacionales que operan en la región, basado en la transparencia de
sus informes que deberán ser de acceso público. Combatir la opacidad
global eliminando la red de guaridas fiscales y aplicando la eliminación
del secreto bancario. Reformar los sistemas tributarios, haciéndolos
más progresivos. Gravar rentas, ganancias y patrimonios como condición
necesaria para avanzar en la progresividad. Romper el bloque de poder
que condiciona nuestras economías. El G-20, la OCDE, el FMI no son
organismos representativos de los intereses latinoamericanos.
Por
último, construir un movimiento regional y global inclusivo con todos
los sectores. Desarrollar campañas regionales al estilo de la “Campaña
regional por justicia fiscal” que nos incluyan y nos den herramientas
técnicas, conceptuales y políticas para terminar con el saqueo en
nuestras regiones.
- Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe
www.justiciafiscal.org
Texto introductorio de la edición de noviembre 2018 de la revista América Latina en Movimiento (No. 537, coedición ALAI - Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe), titulada: “Reformas fiscales en América Latina y el Caribe”.
Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento: Reformas fiscales en América Latina y el Caribe 12/11/2018 |
https://www.alainet.org/es/articulo/196586
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