sábado, 23 de diciembre de 2017

Poemas de Luis León


Luis León Velásquez 
(Lima, 1983)
Autor de los poemarios Absolutamente nada, Bástate alegría, No, Desperdiciado en el paraíso, Paz, Proyecciones, Oh los muertos, Sendero luminoso.
Blog: https://poemas-luis-leon-velasquez.blogspot.pe/

                                            Ten paz

Ha llegado el momento.
He olvidado muchos nombres y así es mejor. Sólo me dedico a correr.
Pero me pongo raro. La mandíbula me pica. Se mueve. Se ramifica.
Hay un tercer maxilar. Encuentro algo para comer y lo arrojo.
En el suelo lo engullo. Qué graciosa la gente, cómo camina.
Pienso en los pensamientos. Sus ocasos.
En el camino me cruzo con alguien que se empeña en saludarme con la mano,
sin duda se encuentra mal.
Entro a una casa y me veo en un espejo roto. Los pedazos son simétricos,
muy serios para este señor que soy. Saco a los niños y a los padres de ese
lugar. Ya viene la tormenta, les grito. Reflexiono unos segundos.
Les digo que entren de nuevo.
Me llevo un trozo de espejo. Hay mucha gente en la calle y me esmero
en cortarles las caras. No puedo detenerme en explicaciones.
La meta me espera.
Tal vez cierren las puertas y tenga que ahogarme en el mar.
Suena la tormenta.
Llego a la orilla y no encuentro a mis compañeros.
He perdido mi posición.
He perdido mi posición.
Vienen grandes olas. Ya vienen las grandes olas.



                             se persiguen palpitaciones

                                           viajar en el fuego supone
                                                               acantilados
acumulaciones e intervención
 todo sería poco
                                  o decir
                         exagerado si
se muestran advertencias
                             caricaturas
fingen y saben
                        de su expiración antes
               encima
incluso cuando
                         de ser
querer
                                              es bienvenida
                          y ahora que es ayer se
ensaya
                                             la fecha
tienta
                               pende en el calor
de renovarse
en los mismos temas
desde lejos
                                            ancestro
revenir al hoyo
que se fecha en las puertas
de lo perfecto
                                      saborea
asiente
y se perpetúa dividiéndose
digno
                           en calamidad
y unción
quién habla
                                       se habla
burla al capricho
en estos grandísimos debates


1
Cedimos a la desgracia de los desconocidos, inubicables perros en el mapa. Nos cortejamos y una vastedad de cabezas nos aludió. ¿Una mirada, un canto coral? Bastó el asentimiento: ese bastardo deslinde. Como en espejo de circo, fuimos idénticas diferencias.
Y aquellas grietas se solidificaron en ese actual segundo. ¡¿Pero no te das cuenta del peligro?! El pan de la señora y la mueca del obrero nos arrojan hoces y una jauría de oscuros. ¿Acorralados? ¡Véjenme, véjenme! Pero te sacaste la peluca y tu luminaria los disoció. Y me acerqué a ti y te fuiste. Te perseguí por esos cuartos oscuros de las infancias.


24
Un viejo me despertó y me dijo que se llamaba Gang Bang
no encontré su nombre en los árboles genealógicos del parque de la esquina
cogí mi primera botella y bebí la noche más larga del año
aprendí la felicidad y la claridad parecía derrumbes
cogí mi octava botella y bebí la selva y los animales en extinción
desconcierto en una misa
por favor Gang Bang que tu nombre no sea uno de mis atributos.


32
Una noche en la fiesta
un hombre murió ahogado
lo habían acusado de incendiar una tienda de golosinas
yo compraba caramelos ahí
él era mi amigo y quería un poco de paz
yo lo miraba negando con la cabeza
ese día me mostró muchos baldes con gasolina
yo negaba con la cabeza
le dije que un hombre murió ahogado
él cerró los ojos y sonrió en la fiesta.


6
He roto todo manantial para esta yesca que late
Ningún escarmiento fue notable en su deriva
¿Alguien apagó el tercer sensor aquel que iba camino a mi parietal?
Logré imaginar la escena y tuve que irme tiritando de mis oraciones
El día de la cerveza cosí mis zapatos a mis pies
La persecución a mi versátil yo se expandía en el espectáculo
Los búhos eran pasajeros en mi bote que rodaba
Las piedras caían en el expediente policial con éxito
En mi aglomeración femenina lamenté mis pies y tacones
Un montoncito de acupunturas estimulaba mi espalda
No quiero más velorios en mi total belleza
No tengo noción del sabor amargo a pesar que lo probé todo
Mis hijos en la carretera se nutren de la cachiporra
Un policía odia cuando me prostituyo con el hombre manco
O la sinfonía se declina hacia mis enseñanzas a los niños
En mi personal política coloco la bomba en la cama y los rostros
¿Cómo he nacido bajo estas tejas si mamá no se apiada de golpear a papá?
Hoy fui al colegio con la paz en mi bolsillo y droga en mi aura
Saludé a mi compañero y se deshizo en eyaculaciones
Enseñé al profesor la nueva escala de notas y me pagó de por vida
En clase de matemáticas examinaron mi cráneo y mi desnudez
El mundo hasta hoy habla bajito por temor al abandono
El obispo se ha suicidado y yo sigo riendo con él hasta el otro fin
Mi cabeza descansa en un entramado de ratones
Vi mi cuerpo y lloré y me destrocé el pene con la mancuerna
De mi padre y ensayé orificios nuevos con el gato y el ladrón
De mi padre aprendí la receta de cerveza y la afición al sueño inducido
Mis hormonas en una fogata y el cielo están desapareciendo
El parte policial oficializa hoy la secta inenarrable
Contra mi puntualidad me visto rojo y saludo rosa
En mi penalidad toco hosco y araño hoces
Alargo el sostén y caen medias y una lucha de gladiadores
Despierto amarrado con cadenas y el púlpito levitando
Todo hombre gordo y deshecho aparece en él cada segundo
Toda noche aparece en él por cada duda
Todos los niños aparecen en él cada juego de manos
Quieren la receta de la cerveza de mi padre
Mi padre aplaude en una esquina con muelas pesadas y cae
Quiero prostituirme y no me alcanza la plata
Fui al desierto y mis pies seguían sangrando y no vino mi mejor amigo
Tal vez se equivocó y fue a la playa del tsunami
O voló al cable atroz para morir
O no lo conozco y llevo tomando muchos horarios de la cerveza
Desde el púlpito el juez me invitó a su fiesta nudista
En mi condición de reo debía obedecer e ir como yo mismo
Arruinaré todo gesto divertido y seré el escape de algo
Desnudo voltearé el mundo y nacerá la vacuna contra mí
Mi mentor se masturbaba cuando me leía la suerte
Bebíamos de mi cerveza por mi cumpleaños
Corrompimos al niño más curioso y ya no supe volar
A cuentagotas me saco los clavos
El juez habla de la fiesta y de mi notable ser prostituto
Yo mujer jamás aceptaría diálogos sin pistolas
Mi performance en una ola de alegría rompe al juez y a mis cadenas
Derramo la cerveza y me arrastro a un charco
Y una nueva punzada me eleva al no ver mi rostro en el reflejo.



Coctel 1
Hacia estrellas  
mis ojos

alteración del alba
crepita mi piscina
chorro embotellado de sustos
conjuga esferas
en paisaje reina palacio de aguas

nubes silban esferas
hielo y chorro
y el gramo en la piscina.


Graduación más
Mano tiemblas
pies lisiados
cabezazos al éter
ni imaginar recuerdos así se rueda
hoy son los años  

quijada desdícese siempre!
aquí el siglo dio paso
fiestas en las cuevas

dónde botella viene siempre y
oiría paz
y extinguir manso esperando la mañana.


Veinte minutos

Cinco minutos cuenta dame dedos de mano
culpable la vida con copas por vino escurre
alta abajo una mano cruza la otra brindada
de pie ante espejo sorbe la savia los labios.

Diez minutos suelen dos manos sólo diez dedos
comienzan viva la muerte al vislumbre de vida
primeros el goce inicio es fin y medio el vino
que nos echa descubiertos segundos echados.

Quince minutos fijeza la gota al espacio
despacia otra que huye y se persigue ya encontrada
secuencia plenitud las nadas labias sorbidas.

Veinte minutos límite fórjate mareo
uno y separo de tiempo en la gota risísima
del cruce labios y veinte más inigualables.


El tipo nervioso de la esquina me sonríe y yo no dejo de mirarlo.
Pido dos cervezas y él se acerca. No me gusta esto pero debe suceder.
Le digo que he venido a relajarme un poco porque mi esposa me odia y creo
que mi hijo va a morir de cáncer.
No sé por qué sonríe pero me dio gracia y brindé por su sonrisa.
A veces vengo y tomo mucho. A veces vengo y tomo solo.
Golpeo a mi esposa cuando me acusa por haber enfermado al chico.
Bebo, bebo. Bebo más. ¿Deseo que muera mi hijo
para poder divorciarme y pasar el tiempo en estos lugares?
Y sonríe.
Yo creo que sí debe morir. Si pudiera hacer enfermar a mi mujer para que
se vaya con el niño me sentiría bien, claro que sí.
Si pudiera enfermarte a ti, sería mejor. Vamos, estoy bromeando.
Y sonríe.
Me pregunta de dónde vengo y digo del hospital
y lo insulto por esa estúpida pregunta. Me calmo y pido
más cervezas. Qué más puede esperar esta clase de tipos cuando un hombre
con rostro serio y bien vestido entra a un bar así. ¿Haber enfermado al chico
por tocarlo con amor?
La gente no se enferma por esas cosas
y menos de cáncer. Mi mujer dice que lo perturbé tanto y que el regalo más
bonito que pudo haberme hecho fue el de quedarse postrado.
Claro, cuando dice eso le rompo la cabeza. Qué clase de padre sería si no lo hiciera.
Y sonríe.
E intentas contarme cosas acerca de ti. De tus supuestas aspiraciones. De tu
supuesta pobreza.
Y sonrío.
Mientras me habla mantengo la cabeza gacha, afirmando, y sorbo mi trago.
¿Debo pensar que me interesa su historia? Debo creer que sí porque
le digo continúa, continúa. Le pregunto si rezaba, si oraba.
Rio de manera escandalosa. Usted es un señor muy gracioso,
muy simpático. Creo que debí enfurecerme, aunque tampoco supe por qué le
pregunté eso.
El mozo trajo más cervezas. A pesar de estar mareado yo me sentía sereno,
como si tuviera una idea fija y satisfactoria.
Le volví a decir que golpeaba a mi mujer porque siempre me recordaba la
enfermedad de mi hijo. Le comenté que de joven había causado muchos
problemas a mis padres, y que mi madre murió por mi culpa.
Y sonríe.
Me dijo para salir e ir a otro bar, a otro lugar. Yo recordaba a mi madre enferma,
tendida en su cama y llena de lágrimas a causa de las cosas que yo hacía en la
calle.
Le repetí que mi hijo tenía cáncer y que golpeaba a mi mujer. Y mi madre
había muerto por mi culpa.
Y sonríe.
Dije que yo anhelaba un poco de paz aquí, bebiendo.
No te muevas de esa manera tan estúpida. No bailes ni me toques.
Yo sólo quiero un poco de paz, recalqué.
Lárgate, lárgate de aquí. Lárgate, das asco.
Yo sólo quiero un poco de paz. Quiero que mi madre siga muerta, que mi hijo
muera rápido y golpear y deshacerme de mi mujer.
Lo único que pido es un poco de paz para mí solo.

lamula.pe

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