jueves, 25 de enero de 2018

Que la Palabra de Dios germine en tu corazón y en tu vida

Diálogo con Jesús
Señor mío, gracias por derramar todo tu amor sobre mí y bendecir a los míos con el regalo de tu presencia poderosa. Lléname hoy de tu gracia, de tu poder, de tu compasión y de todo lo que necesito para salir adelante. Te doy gracias por el ejemplo de Nuestra virgen Madre, nuestra mejor modelo de servicio y de humildad. Como ella quisiera que mi corazón siempre está dispuesto a guardar tus enseñanzas y a meditarlas a profundidad. Permite que sepa hoy llevar las adversidades y no perder jamás el control. Amén
Evangelio del día: Que la Palabra de Dios germine en tu corazón y en tu vida
Marcos 4,1-20 - III miércoles tiempo ordinario: Parábola del sembrador: Salió el sembrador a sembrar. El sembrador siembra la Palabra

Evangelio según San Marcos 4,1-20

La parábola del sembrador: En aquel tiempo, Jesús comenzó a enseñar de nuevo a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla. Él les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba: "¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto. Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno". Y decía: "¡El que tenga oídos para oír, que oiga! Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de él junto con los Doce, le preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: "A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón". Jesús les dijo: "¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás? El sembrador siembra la Palabra. Los que están al borde del camino, son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos. Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa. Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno". Palabra del Señor.

Reflexión del Papa Francisco

Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón. Hoy, todos los días, pero hoy de manera especial, Jesús siembra.
Cuando aceptamos la Palabra de Dios, entonces somos el Campo de la Fe. Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, dejen entrar la simiente de la Palabra de Dios... dejen que crezca. Dios hace todo pero ustedes déjenlo hacer.

Creo que con honestidad podemos hacernos la pregunta: ¿Qué clase de terreno somos?. Quizás a veces somos como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en nuestra vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos...

O somos como el terreno pedregoso: acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes ante las dificultades, no tenemos el valor de ir a contracorriente...
O somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor.
¿Tengo en mi corazón la costumbre de jugar a dos puntas, y quedar bien con Dios y quedar bien con el diablo? ¿Querer recibir la semilla de Jesús y a la vez regar las espinas que nacen en mi corazón?".

Hoy, la simiente puede caer en buena tierra... "No padre, yo no soy buena tierra... estoy lleno de piedras, de espinas". Sí, puede que eso esté allá arriba, pero haz un pedacito, haz un cachito de buena tierra y deja que caiga allí, y vas a ver cómo germina.

Yo sé que ustedes quieren ser buena tierra, cristianos en serio, no cristianos a medio tiempo, esos que parecen cristianos y en el fondo no hacen nada. No cristianos de fachada, sino cristianos auténticos.
Sé que ustedes no quieren vivir en la ilusión de una libertad insípida que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento. Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisiones definitivas que den pleno sentido...
En silencio dejemos entrar la semilla de Jesús. Acuérdense de este momento. Cada uno sabe el nombre de la semilla que entró. Déjenla crecer y Dios la va a cuidar. (Mensaje del Santo Padre Francisco para la 52 jornada mundial de oración por las vocaciones, 14 de abril de 2015)

Oración de sanación

Amado Señor, ayúdame a llevar la vida con fe, paciencia y según tu voluntad para que pueda ser testimonio de tu bondad por medio de buenas acciones.
Dar a conocerte, no sólo es una responsabilidad de la Iglesia, también es la mía, a mí me has llamado a dar frutos y dejar tu semilla en suelo fértil.
Quiero entregarme a tu amor, por eso, pasa tu mano sanadora sobre mí y transforma toda emoción dolorosa que me está robando la paz.
Necesito de Ti, que infundas en mi corazón la valentía de llevar tu mensaje a todos los rincones del mundo, proclamando tu verdad y tu justicia.
Sé que no cuento con la fuerza suficiente para cambiar los corazones heridos, pero unido a Ti, todo terreno pedregoso puede ser allanado.
Haz que también yo sea un terreno fértil donde germine el amor y la compasión. Que otros puedan ver en mí los frutos de conocerte.
Que, a través de mi testimonio de mi vida, brille la dulzura de tu rostro y pueda conducir a otros a que formen parte eterna alegría de tu Reino.
Abro mi corazón en este instante para recibir tus bendiciones y toda tu fuerza y así poder contar con todas las maravillas de tus promesas. Amén

Propósito para hoy

Evitaré cualquier tipo de enojo durante el día aunque hayan algunas situaciones de injusticias, ofreciéndolo por la conversión de los míos.

Frase de reflexión

"No hay mejor medicina para curar tantas heridas que un corazón que sepa de misericordia". Papa Francisco
Escucha también:
Reflexión con Fray Nelson Medina ? Reflexión del día

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